EUTOPÍA. Revista de Desarrollo Económico Territorial N.° 12, diciembre de 2017, pp. 141-144 DOI: http://dx.doi.org/10.17141/eutopia.12.2017.3098 ISSN 1390 5708/e-ISSN 26028239 |
La selva de los elefantes blancos. Megaproyectos y extractivismos en la Amazonía ecuatoriana1
María Sol Fransoi
Licenciada en Antropología, Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Estudiante de la Maestría Desarrollo Territorial Rural, FLACSO, sede Ecuador.
La Amazonía ecuatoriana ha experimentado, a lo largo de la historia, sucesivas oleadas de colonización: desde la invasión española y la fiebre del oro, pasando por el boom del caucho de fines de siglo XIX, hasta la explotación petrolera iniciada en 1967 y que continúa predominando en la actualidad. En cada uno de estos momentos, se han desatado procesos de despojo de las comunidades de sus territorios, que tuvieron profundos impactos socioculturales y ecológicos y que dieron paso a diferentes experiencias de organización y resistencia popular.
En el año 2007, cuando la Revolución Ciudadana llega al poder, la Amazonía constituía la región más marginada y empobrecida de todo el Ecuador. La propuesta gubernamental en torno a la promoción de la equidad territorial mediante la implementación de proyectos estratégicos en las regiones menos desarrolladas, supo generar grandes expectativas en los diferentes poblados amazónicos. El gobierno prometía cambiar la matriz productiva del Ecuador fundando un nuevo modo de acumulación, a través del fomento de una economía diversificada y sustentable, con tecnología de punta, que daría fin al capitalismo socialmente excluyente y ecológicamente catastrófico, basado en la explotación de reservas petroleras de la Amazonía.
El libro La selva de los elefantes blancos, de reciente publicación, expone la investigación llevada a cabo por Japhy Wilson y Manuel Bayón en torno a tres megaproyectos implementados por el gobierno de la Revolución Ciudadana que prometían entre otras cosas, llevar el desarrollo y el progreso a la Amazonía: el corredor Manta-Manaos, las Ciudades Milenio e Ikiam2. La información contenida en el libro ha sido resultado de un intenso estudio que tuvo por metodología principal la realización de entrevistas en profundidad, fundamentalmente a los pobladores de la región, aunque también a diferentes actores involucrados en cada proyecto, desde ingenieros, arquitectos y trabajadores hasta los mismos funcionarios de gobierno. Las observaciones y visitas a los territorios donde se implementaron los proyectos también se erigieron como puertas de entrada relevantes a la hora de obtener información. A lo largo del trabajo adquiere relevancia la recurrente puesta en diálogo y tensión entre la información obtenida a partir de fuentes primarias y algunos fragmentos de diferentes discursos políticos, material periodístico y propaganda oficialista.
La estructura del libro cuenta con una introducción, acompañada de una breve historización de la producción en la Amazonía y de una presentación del posicionamiento teórico de los autores. Además, cuenta con tres capítulos centrales, cada uno de ellos destinados a presentar alcances y limitaciones de cada proyecto. Finalmente, se exponen las conclusiones conjuntas de la investigación.
Los autores interpretan la ideología de la Revolución Ciudadana recuperando algunas ideas del filósofo belga Slavoj Zizeck sobre la relación entre lo fantástico y lo Real. De acuerdo con este autor, las fantasías utópicas están estructuradas para evitar una confrontación directa con lo Real. Wilson y Bayón ponen de manifiesto la existencia de estas dos dimensiones contradictorias en la ideología que sustenta los tres megaproyectos lanzados por Alianza País. A lo largo del libro, los autores intentan demostrar que tras la fantasía utópica de la modernización, y el progreso, cada uno de estos proyectos contribuyó más bien a la profundización de la matriz productiva basada en la explotación de materias primas.
En el caso del corredor Manta-Manaos, los autores presentan el contraste existente entre las metas planteadas inicialmente por el gobierno y los resultados alcanzados. El proyecto pretendía integrar la nación a los circuitos trasnacionales de capital mediante la apertura de una ruta de alta velocidad para la aceleración de la circulación de las materias primas entre el este de Asia y Brasil. Sin embargo, el corredor terminó favoreciendo aquello que paradójicamente se proponía erradicar: la dependencia de la economía a la explotación petrolera. Además de exponer con detalle las características principales del proyecto, su génesis y su accidentado desarrollo, en este capítulo los autores examinan, a través de numerosos testimonios de los pobladores, el impacto social que acarreó la construcción del puerto principal del corredor ubicado en Providencia, donde se proyectaba construir una ciudad que no solo fuera el nodo logístico de la vía, sino además área de libre comercio, centro biotecnológico y atracción turística que traería resultados beneficiosos para la población local. Contrariamente a esta propuesta, los autores muestran en un detallado estudio cómo las comunidades locales experimentaron un fuerte deterioro en sus condiciones de vida.
A su vez, muestran que los costos sociales acarreados por el proyecto no han sido resarcidos, ya que pese a la extravagante inversión de aproximadamente mil millones de dólares en el proyecto, el corredor permanece actualmente sin actividad debido a dos principales obstáculos: la no navegabilidad del Napo ecuatoriano y la ausencia de demanda efectiva por parte del mercado tradicional. Si bien estos resultados representan el fracaso de la fantasía utópica promovida por el gobierno y la propaganda oficial, Wilson y Bayón sostienen que no todo el capital ha rechazado el proyecto, sino que el mismo ha sido apropiado para la expansión de la frontera de extracción de materias primas. Este hecho se expresa, según los autores, en el avance sobre la explotación del bloque petrolero 43, también conocido como ITT, que fuera parte de la iniciativa Yasuní ITT, promovida por organizaciones ecologistas del Ecuador que proponía dejar bajo suelo el petróleo contenido en el mismo a cambio de una contribución internacional de los países más contaminantes en base a una justicia climática.
Un desenlace similar ha sido evaluado por los autores en el caso de las Ciudades Milenio, consideradas por el gobierno como proyectos de modernización para la transformación de una región históricamente marginalizada. A lo largo del capítulo 2, Wilson y Bayón llaman la atención sobre la contradicción establecida entre la idea de acumulación originaria del socialismo del siglo XXI, subyacente al proyecto de las Ciudades Milenio, y la historia de despojos que ha caracterizado las regiones donde estas se han erigido. En efecto, los autores señalan que de acuerdo con el discurso oficial, la acumulación originaria para el socialismo del siglo XXI, a diferencia de la acumulación originaria del capitalismo, representa la posibilidad de explotar recursos, sin necesidad de despojar a los pobladores de sus tierras. De esta manera, el gobierno se atribuía la posibilidad de promover el desarrollo en la Amazonía, sin necesidad de iniciar un proceso de desalojo. Wilson y Bayón desentrañan el carácter falaz que supone esta visión a partir del estudio del proceso histórico de despojo que han vivido las comunidades de la amazonia a costa de la expansión petrolera.
En los casos particulares de Pañacocha y Playa Cuyabeno, sitios donde actualmente se asientan las Ciudades Milenio, la investigación de Wilson y Bayón reflexiona sobre el conflicto mantenido entre Alian Petrol y Petroecuador como elemento explicativo de la elección de la radicación del proyecto en estas localidades. De acuerdo con su análisis, las Ciudades Milenio no son sino resultado de una negociación entre el gobierno y los pobladores de ambas localidades, bajo la cual el gobierno modernizaría la región a cambio del abandono de la firma Alian Petrol, compañía indígena que se proponía tomar el control de los recursos naturales de la Amazonía para usarlos en beneficio de la población. Si bien las Ciudades Milenio fueron rápidamente edificadas, debido al abandono y a la falta de presupuesto, la promesa del desarrollo y el progreso ha quedado nuevamente sepultada para sus pobladores quienes, conforme señalan los autores, solo han vivenciado un empeoramiento en sus condiciones de vida, fundamentalmente debido al incremento de la contaminación que desencadenó el avance de la explotación petrolera.
Al igual que en lo acontecido con el corredor Manta-Manaos, los autores muestran a lo largo de este capítulo como las fantasías utópicas subyacentes al proyecto de las Ciudades Milenio solo enfatizaron el empobrecimiento y la expoliación de la población de la Amazonia a costa de la expansión de la explotación petrolera. El último capítulo del libro, está dedicado al abordaje de un tercer megaproyecto propuesto por el gobierno para transformar la matriz productiva del Ecuador: la construcción de Ikiam. De acuerdo a los portavoces de la Revolución Ciudadana, el desarrollo de Ikiam permitiría transitar del extractivismo de materias primas finitas a la explotación de recursos infinitos vinculados al bioconocimiento, entendido como una aplicación del conocimiento científico sobre la inconmensurable biodiversidad de la Amazonía ecuatoriana en beneficio colectivo.
Wilson y Bayón contraponen a la perspectiva del gobierno las prácticas concretas que hacia el 2015 desarrollaban los equipos miembros de Ikiam, las que lejos de romper con la lógica neoliberal del conocimiento, se orientaban a subsumir la naturaleza y los conocimientos ancestrales de las comunidades amazónicas al capital. A su vez, señalan que debido a la falta de recursos, provocada por la caída del precio del petróleo, Ikiam no cuenta con laboratorios adecuados para investigar y desarrollar conocimientos, lo que obliga a exportar la riqueza genética de la Amazonía para ser desarrollada por institutos de investigación y empresas extranjeras.
En relación con estos resultados, Wilson y Bayón concluyen que Ikiam ha fracasado en sus objetivos de abonar a la transformación de la matriz productiva y que muy por lo contrario, el proyecto estaría contribuyendo a profundizar no solo el extractivismo de la riqueza genética y del conocimiento indígena, sino que además estaría legitimando la ampliación de las fronteras petrolera y minera. Esto último se expresa en los casos de El Eno y El Pangui, dos localidades en las que el gobierno había planificado la expansión de Ikiam para especializarse en petroquímica y metalúrgica, con el fin de proveer personal cualificado a sus industrias locales. Los autores argumentan que si bien la falta de presupuesto imposibilitó el desarrollo de estos dos campus, ambas actividades experimentaron un avance significativo, lo que se expresa en el auge petrolero de Guanta y en la expansión de la megaminería a cielo abierto de El Mirador. Como resultado de estos tres megaproyectos impulsados por la Revolución Ciudadana, los autores manifiestan que ha emergido una Nueva Amazonía que lejos de alcanzar los objetivos prometidos por la fantasía utópica del gobierno -reducción de la pobreza, progreso y modernización, cambio de la matriz productiva, reducción del impacto ambiental, etc-, se ha transformado en un lugar surreal, dominado por los elefantes blancos de las utopías fracasadas y las serpientes de acero de las triunfantes industrias mineras y petroleras.
Notas al pie