EUTOPÍA. Revista de Desarrollo Económico Territorial N.° 13, junio de 2018, pp. 157-173

DOI: http://dx.doi.org/ 10.17141/eutopia.13.2018.3295

ISSN 1390 5708/e-ISSN 26028239

 

El rol de Emiliano como mediador: prácticas organizativas de los campesinos en los proyectos estatales1

The role of Emiliano as a mediator: organizational practices of peasants in state projects

Jimena Ramos Berrondo

Fecha de recepción: 5 de marzo de 2018

Fecha de aceptación: 26 de mayo de 2018


Argentina. Doctoranda en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales. Correo: krintop@yahoo.com


Resumen

El objetivo de este artículo es analizar en qué consiste el rol del dirigente de la Corriente Campesina Nacional (COCAN) como mediador de las estructuras de poder del Estado y los criollos del Impenetrable (una región localizada en la provincia del Chaco, noreste de Argentina) durante el periodo 2012-2015. Se aplica una metodología cualitativa, que consistió en observación participante y entrevistas en profundidad. Se concluye que la COCAN lleva a cabo múltiples prácticas organizativas para resolver las problemáticas de las poblaciones rurales: implementación y gestión de proyectos estatales, negociaciones con autoridades políticas y promoción de actividades culturales y productivas.

Palabras clave: agricultura familiar; Argentina; mediador; organizaciones campesinas; práctica organizativa; proyectos de desarrollo rural

Abstract

The aim of this article is to analyze the role of the leader of the “Corriente Campesina Nacional” (COCAN) as a mediator between state agents and the “criollo” population in the “Impenetrable” (a region located in Chaco, north east of Argentina) during the period 2012-2015. A qualitative methodology is applied, using participant observation and in-depth interviews. The article concludes that the COCAN uses diverse organizational practices to solve rural community problems: implementation and management of state projects, negotiations with political authorities and promotion of cultural and productive activities.

Key words: Argentina; family farming; mediator; organizational practices; peasant organizations, rural development projects

 

Introducción

En este artículo me interesa analizar el rol del dirigente campesino como mediador y articulador de dos diferentes mundos sociales (Long 2007): el de las personas de las comunidades rurales y el de las instituciones públicas (Wolf 1956; Cowan Ros y Nussbaumer 2011). ¿Qué discontinuidades se presentan en la interfaz entre los proyectos estatales, el dirigente y las poblaciones rurales? ¿Qué tipo de prácticas organizativas utiliza para resolver las problemáticas de la población? Busco responder estas interrogantes en diálogo con otros trabajos que discuten las relaciones de poder en las intervenciones del desarrollo y la diferencia de intereses entre los diversos actores involucrados (Long 2007; Ferguson 2007). El dirigente es aquel que se encuentra investido para actuar y hablar en nombre de su organización (ante el Estado) y que cuenta con el poder simbólico de hacer grupos (Bourdieu 1996), en los que enseña y transmite saberes a sus allegados.

La selección de la Corriente Campesina Nacional (COCAN) como objeto empírico para este estudio obedece a que muestra la manera en que los referentes de una organización se involucran en actividades técnicas y políticas. La perspectiva teórica seleccionada se aleja de las concepciones normativas sobre las organizaciones campesinas o indígenas que sostiene que estas son democráticas, horizontales y apolíticas (Gledhill 2000; Borras 2009; Brass 2002). Pretendo, entonces, mostrar los dilemas y ambigüedades que viven los dirigentes de las organizaciones al hacer su trabajo como mediadores, explicando cómo circulan por diferentes territorios. Para ello, empleo una metodología cualitativa, que consistió en recolectar información a través de observación participante (de reuniones nacionales y asambleas comunitarias) y, en menor medida, entrevistas en profundidad (a técnicos, funcionarios y dirigentes campesinos y sus bases) durante el periodo 2012-2015. Para garantizar la confidencialidad de los informantes, utilizo pseudónimos en lugar de nombres. Esto incluyó, en algunos casos, modificar variables de identificación como el género.

Participando en las políticas públicas de desarrollo rural y agricultura familiar

La COCAN se conformó durante el conflicto entre la Mesa de Enlace (que agrupaba a las grandes entidades agropecuarias) y el Gobierno de Cristina Kirchner (por la resolución 125, un proyecto de ley que buscaba subir las retenciones para los grandes productores de soja, en 2008). Esto fue aprovechado por los pequeños productores para posicionar sus demandas y visibilizar “al otro campo”, el suyo, de los indígenas y campesinos (Berger 2018a), que realizan una contribución económica importante a la agricultura familiar (Schiavoni 2010).2 En el debate sobre la posibilidad de que convivan la agricultura familiar y el agronegocio, la COCAN fue, junto con otras organizaciones argentinas, partícipe de una serie de espacios promovidos por Brasil en el Mercosur, como la Reunión Especializada de Agricultura Familiar (REAF) y el Foro Nacional de Agricultura Familiar (FoNAF). Así, buscó promocionar la importancia de la agricultura familiar y pugnó por un cambio en el modelo agropecuario (Berger y Ramos 2014). Sus dirigentes participaron en la formulación de leyes de gran envergadura a nivel nacional, como la Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar, sancionada en 2014.

En 2011 organizaron una marcha del norte del país hacia la capital, con el lema “Por un nuevo modelo agropecuario”. Ante el Congreso de la nación, entregaron un pliego petitorio donde exigieron las siguientes acciones para indígenas y campesinos: la titularización de la propiedad social de las tierras; el apoyo técnico y económico para la producción y comercialización; la ley para la suspensión de los desalojos y la ley de propiedad de la tierra, para poner freno a su concentración y extranjerización (La Capital 2011).

La COCAN es una organización de segundo grado, que nuclea diversas organizaciones de base en diferentes provincias del país. Reivindica la participación e incidencia en las políticas públicas, la seguridad jurídica de la tierra de las poblaciones rurales, su acceso al agua y a insumos productivos (para la producción), así como la ayuda en la comercialización de sus productos. La estructura directiva de la organización está compuesta por un presidente, vicepresidente, tesorero y secretarios, que viven en diferentes provincias. Estos son los principales referentes de la organización y se encargan de difundir y visibilizar sus problemáticas con diferentes actores (Gobierno nacional, provincial, académicos); gestionar proyectos y recursos para las organizaciones y miembros adherentes; ayudar a coordinarlos e implementarlos (junto con funcionarios y técnicos); y movilizar a sus adherentes, para hacer reclamos a las autoridades correspondientes.

El conflicto entre el Gobierno y el campo, durante 2008, trajo aparejados cambios importantes; entre ellos, la creación de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF), la elevación del rango de la Exsecretaría de Agricultura a Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP). En 2014, dirigentes de diferentes organizaciones lograron negociar cargos en la SAF con Jorge López, director del organismo y dirigente de la Organización Peronista del Pueblo (OPP).3 A pesar de que la COCAN había obtenido una dirección en la SAF,4 Emiliano (su dirigente) comentaba que esto no había cambiado mucho su relación con los funcionarios del Ministerio.“No hemos pasado de tener buen diálogo, lo que yo llamo sentarse a tomar mate sin tener ninguna respuesta concreta hacia los problemas del territorio”. En sus discursos en la REAF reclamaba a los funcionarios que “los proyectitos burócratas de tres años no resuelven los problemas de la población rural y que se necesitan políticas de Estado para el sector”. En diversas conversaciones que sostuvimos, noté a Emiliano presionado y preocupado debido a los retrasos de los depósitos de fondos para los proyectos (por parte del Ministerio). Explicó que el grueso del presupuesto de la SAF estaba destinado al armado político electoral; Jorge López apoyaba a una compañera suya de la OPP para que se lanzara como candidata a la presidencia.

Desde hacía algunos meses el MAGyP le había aprobado a la COCAN lo siguientes proyectos: i) fondo rotatorio para garantizar la alimentación animal, que contempla la instalación de cinco silos y su correspondiente carga para el acopio de granos destinados a la alimentación animal (ovinos, caprinos, suinos); ii) sala de desposte de productos cárnicos, equipamiento para montar una carnicería y iii) sala de faena móvil. Los proyectos comenzaron a implementarse en diversas localidades del Impenetrable,5 teniendo como población objetivo los pequeños productores (criollos e indígenas) que viven en esas zonas (MAGyP 2014).

Recorriendo el territorio

Unos meses después, me encontré con Emiliano y María en Castelli, localidad conocida como la puerta de entrada del Impenetrable. De ahí nos dirigimos hacia Laderas,6 municipio ubicado a 440 km de Resistencia, la capital del Chaco.7 Eran alrededor de las diez de la noche cuando el ómnibus nos dejó a un costado de la ruta de terracería. El cielo estaba estrellado. Nos esperaba Rodolfo, marido de María y dirigente de Criollos Unidos por el Impenetrable Chaqueño (CUIC), organización de base adherida a la COCAN. De ahí, caminamos hacia una casa de adobe. En el patio de tierra había una mesa rectangular con pollo asado, tortas parrilleras y gaseosas. Estaban presentes los dueños de la casa y jóvenes de diferentes organizaciones de base del Impenetrable: Humberto, Genaro, María y Rodolfo, quienes forman parte círculo íntimo de Emiliano y lo mantienen informado sobre las problemáticas del territorio y los acontecimientos del día.

Al día siguiente comenzó la asamblea, en Coquitos. Una vez que llegaron las diez personas que asistieron, Emiliano comenzó hablando del proyecto de represas.8 Explicó la importancia de que abastezca a varios pobladores y de que les sea útil a los productores ganaderos. Dijo que es necesario adquirir el equipamiento (máquina, tanque de agua y los caños) y que, los productores que quieran aprender el manejo, se capaciten. Enfatizó en la necesidad de pagarle al capacitador, pero no a la persona que se quiera capacitar. “Hay que hacer bien los deberes porque si no, va a haber consecuencias. Si te dan una vaca lechera y te la comes, no haces bien los deberes. Es importante gestionar y administrar y pensar cómo elegir los lugares donde hacer las represas comunitarias. No vamos a hacer de apurados las cosas, porque salen mal”.

Durante el transcurso de la asamblea, varios pobladores habían planteado su preocupación por la relocalización de la Reserva Grande.9 Dicho proyecto (impulsado por el Gobierno provincial y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo) buscaba relocalizar a las familias criollas a otras tierras, con la finalidad de otorgar un título de propiedad comunitaria a la población indígena. Los pobladores estaban preocupados porque temían que se repitiera la experiencia del Teuco Bermejito, un proyecto en el que varias familias criollas fueron relocalizadas a tierras de menor calidad y lejos de espejos de agua, afectando su principal actividad económica, la ganadería extensiva (Ramos 2012).

En las diferentes asambleas, Emiliano dijo que la postura de la COCAN hacia la Reserva Grande era estar junto a los indígenas y no pelearse; y que acompañará a todos los que sean “claros y transparentes y defiendan su mejora”. Criticó a las personas que se dedican a “vender el algarrobo de su campo y, encima, sacan el del vecino” (en referencia a los pobladores que pactan con los madereros y contribuyen así al negocio de la tala ilegal de madera). El temor de los pobladores de vivir en tierras fiscales radica en que no saben cuándo pueden perder la tierra en la que han vivido sus antepasados y en la que trabajan día a día. Eustaquio aprovechó para preguntarle a Emiliano cómo obtener la propiedad de parte de su campo. Le explicó que tiene la propiedad histórica, mejoras10 y que ya hizo la mensura de gran parte del terreno. Quería saber si le conviene alambrar el terreno y las represalias que podría tener, pues todavía no tiene el título. El dirigente le recomendó alambrarlo y le aseguró que la COCAN puede hacer la parte política del trabajo, que consiste en sentarse a negociar con el gobernador del Chaco. Después de la asamblea, Emiliano visitó el predio de Eustaquio, lo asesoró con algunas cuestiones productivas y le propuso llevar productores para que hicieran capacitaciones en manejo de monte con pastura, un programa que está organizando con el jefe de gabinete del MAGyP. En la asamblea de Ojuelos había alrededor de 15 personas: productores cabriteros, un profesor de la Escuela de la Familia Agraria, señores de la tercera edad y otros jóvenes. Más tarde se incorporaron las mujeres de los señores presentes, acompañadas por niños.

Emiliano se dirigió a los señores y les dijo: “Parece el día del hombre porque no hay ninguna mujer”. Comenzaron a reírse y exclamaron que era feriado y que la última reunión, “las mujeres no los dejaron hablar”. Conversaron sobre lo lindo que se puso el monte con la lluvia y el fresco de ayer por la noche. Después de esta cálida entrada, el dirigente les dijo: “Ustedes nunca traen un papelito para anotar, ¿verdad? y luego, cuando llegan a la casa, se olvidan de los compromisos que asumieron. Hoy cada uno se va a llevar deberes para hacer. Los veo más contentos y más gordos. Cuando hay agua, se puede hacer muchas cosas, cuando no, no se puede hacer nada. Esta es una buena época para hacer changas, alambrado, ¡hay que hacer algo!”. Luego, Emiliano continuó:

Estamos apretados de tiempo, como organización. Ustedes tienen que decidir si se usa la plata o si la devolvemos al Estado (en referencia a los fondos de los proyectos que llegaron del MAGyP). No los estoy retando, nadie está obligado a hacer lo que no quiere hacer. La idea es instalar silos en varias localidades. Para esto, necesitamos contar con un terreno adecuado y una base de cemento para hacer el contrapiso (donde se instalará el silo y se construirá la carnicería). Poner el terreno en condiciones es tarea de ustedes, las organizaciones tienen que poner el trabajo. Cuando terminemos la parte seria, jodemos. Hagan la parte que a ustedes les toca, yo creo que yo estoy haciendo mi parte. Voy a decirles cuáles son las tareas para hacer: la tarea número uno es limpiar el terreno. Ahí se va a instalar un galpón para llevar y traer producción, cámara y carnicería.11 Si no hacemos los silos, no podemos seguir haciendo lo demás. Es como el almacenero, si al primer mes no le pagas, al segundo ya va a ser más chico el crédito y luego, ya no te va a fiar. Ustedes son los únicos que tienen plata y no la usan. Ustedes tienen que decidir si lo hacen juntos o quiénes quieren participar. El plan del proyecto contempla una camioneta con “frío”, para distribuir los pedidos de carne, explicó Emiliano mientras las personas bromeaban y se reían.
– A ver, Santiago, ¿usted me está escuchando?
– Sí, don Emiliano, le respondió Santiago (un señor de la tercera edad vestido con traje de gaucho,12 sombrero negro, bombachas color marrón y botas negras).
– Dígame, ¿para qué es la camioneta con frío?, preguntó el dirigente.
–Para recoger al borracho tirado sobre la ruta, dijo Santiago (mientras se escuchaban las risas de fondo). –Tenemos que agitar nuestro laburo, dijo otro señor.
Yo sé que ustedes están tranquilos porque llovió, pero yo no estoy tranquilo, les respondió Emiliano. Yo no duermo mucho, quisiera que ustedes le pongan la importancia que tienen las cosas. El movimiento económico para los proyectos va a ser hasta junio, julio. Hagamos todo lo que esté de nuestra parte. Si se organizan, el trabajo va a ser rápido y fácil, si se lo dejan a dos personas, es más pesado.

Luego, Emiliano instó a los señores presentes a que hablaran. El señor Lisardo (tío de Rodolfo) le dijo que él no sabe hacer ese trabajo (refiriéndose a la plancha de cemento para el contrapiso) y que hay que contratar a una persona que sepa. En un momento, Emiliano se paró del círculo y les dijo a las personas que se pusieran de acuerdo para ver cómo organizar el trabajo. Rodolfo comenzó a formar grupos de seis o siete personas y le pidió a María que anotara en la libreta lo que cada uno tenía que ir haciendo. Después de pasados unos minutos, el dirigente regresó y preguntó quién iba a hacer las cosas. Pidió que lo llevaran a ver el terreno. Para su sorpresa, (ninguno de los presentes en la asamblea había dicho nada) estaba limpio. María comentó que, desde hacía unas cuantas semanas, se habían organizado para limpiarlo.

Mientras algunos miembros de la asamblea se llevaron a Emiliano a ver el terreno, yo me quedé charlando con Nico. Cuando le expliqué que estaba estudiando la organización, me dijo: “Todavía estamos muy flojos en eso. Aquí no supo haber proyectos”. María asintió ante el comentario y me dijo que cuesta que la gente se anote para trabajar o se comprometa.

Cuando llegamos a Cerezos, hubo una nueva asamblea, en el patio de la casa de Memo (almacenero y tesorero de la CUIC). Mientras pasaban el mate, Humberto iba entregando a los presentes unos recibos de la organización, comprobantes del pago de su cuota mensual. María siempre cargaba con la computadora portátil, donde iba guardando y registrando toda la información. Cada vez que Emiliano le pedía algo, abría cuidadosamente los archivos que se necesitaban. También guardaba las planillas donde registraban la asistencia de los pobladores a las reuniones y la lista de los que participaban en los proyectos. Emiliano ya me había dicho que estas planillas eran muy importantes porque “siempre hay gente que quiere engañar y robar”.

Luego de hablar de los proyectos, comenzaron a planear las acciones que cada uno tenía que llevar a cabo para el Festival del Cabrito: venta de boletos para la rifa, concurso de hacheros, etc. “El festival, propongo que lo organicen y que inviten al Gobierno de la provincia, para darle propaganda a las organizaciones cabriteras. Ustedes deben apuntar a vender el día de la fiesta. El año pasado, muchos vendieron muy bien. Yo quisiera que, para esa fecha, esté el matadero (que se contemplaba dentro del proyecto)”, exclamó Emiliano. Les advirtió que los políticos iban a estar en campaña y había que estar alerta “porque nosotros no necesitamos de los políticos”. “Hay que evitar que lo que nosotros hacemos se mezcle con la política local, nosotros tenemos que jugar para los productores”. Cuando el dirigente dijo esto, Memo le respondió: “Claro,don Emiliano, hay que jugar limpito”.

Después de que finalizó la asamblea, nos reunimos en el galpón para tomar mate y conversar. Mientras hablaba con Emiliano, llegaron Rodolfo y Memo, muy contentos. Habían logrado negociar con Victoria (la esposa del intendente) que el municipio les donara materiales de construcción para la base de cemento del silo, además del préstamo de una camioneta para llevarnos a Arboledas. Cuando nos lo contaron, Emiliano rió y me dijo: “Si un trotskista de izquierda se entera de esto, nos diría que cómo el oprimido se alía con el opresor”. Ahí destacó la importancia de las alianzas estratégicas que tiene su organización con funcionarios a nivel local, provincial y nacional.

El dirigente como mediador de dos mundos sociales: análisis de los relatos

Los relatos anteriores muestran la complejidad de resolver las problemáticas territoriales en función de que nos encontramos ante una doble interfaz social (Long 2007): entre los funcionarios y técnicos del MAGyP y Emiliano; y entre este y sus bases. Por interfaz social me refiero a puntos críticos de intersección entre actores con diferentes mundos de vida, basadas en discrepancias de valores, intereses, conocimiento y poder (Long 2007). Es importante tomar en cuenta que las interfaces deben analizarse como procesos de negociación continuos, en los que los actores se articulan y confrontan según las situaciones que atraviesan (Long 2007).

Como mediador, Emiliano tiene un trabajo complejo de articulación múltiple con actores en diferentes niveles (Wolf 1956). Por un lado, representa la voz y las problemáticas de los miembros adheridos a la COCAN, en reuniones con los funcionarios nacionales. Por otro, propone alternativas para resolver los problemas territoriales. Para ello, requiere capital político, definido como el conocimiento del mundo político y su funcionamiento y como la habilidad para movilizar gente (Gledhill 2000).

En su experiencia como dirigente, Emiliano ha participado en diferentes proyectos de desarrollo rural, en los que ha adquirido conocimientos concretos sobre diversos temas productivos, presupuestales y administrativos; lo que Borges (2009) llama pedagogía política. Por ejemplo, Emiliano sabe qué se requiere para hacer una perforación de agua, conoce la práctica del manejo silvo-pastoril y los ciclos reproductivos de ciertos animales. Además, está familiarizado con las diferentes fases de la cadena de proyectos y todos los trámites burocráticos que pide el MAGyP para que puedan ejecutarse. En esta interfaz, dirigentes y funcionarios luchan por definir los problemas rurales y las alternativas para solucionarlos. El Estado tiene un discurso oficial, un “discurso divino” que asigna una identidad a los indígenas y campesinos y les da directivas y órdenes sobre lo que deben hacer (Bourdieu 1996). Emiliano, como portavoz político de su organización, confronta ese discurso y muestra que los avances pregonados (por los funcionarios que aluden a la gran cantidad de proyectos para el desarrollo rural) están muy alejados de solucionar las problemáticas territoriales. Por ello, aunque se le concedió una dirección a la COCAN, insiste en que “hay que dar la pelea interna en la SAF”.

Así como Emiliano tiene la capacidad para ascender territorialmente (Berger 2018b), es decir, sabe con qué funcionarios hablar, a qué oficinas gubernamentales acudir ante distintas problemáticas, también sabe descender territorialmente, vinculándose con la población de las comunidades rurales del Impenetrable. Para ello, precisa del poder simbólico, lo que Bourdieu (1996) define como el poder de hacer grupos.

La interfaz entre Emiliano y los pobladores que viven en diferentes comunidades rurales del Impenetrable resulta compleja, porque se trata de diferentes comunidades morales, con valores y formas de vida distintas, donde cada uno construye su reputación en función de las opiniones de otros (Bailey 1971). En efecto, el Impenetrable puede ser descrito como un territorio multiétnico y pluricultural (Balazote y Radovich 2004) donde habitan indígenas de diferentes etnias; descendientes de europeos y criollos. Estos son aquejados por problemáticas comunes como la falta de infraestructura, agua y la inseguridad jurídica de sus tierras. Más del 90% de la población del Impenetrable vive con alguna necesidad básica insatisfecha (NBI). Aquellas con mayores porcentajes fueron la falta de retrete, de agua potable y la vivienda precaria13 (Fantin y Meichtry 2001). Si bien Emiliano también es de origen campesino e incluso tiene raíces indígenas, su historia de vida difiere de la de muchos de estos pobladores, pues desde joven tuvo la oportunidad de formarse en diversas actividades y proyectos (de fundaciones y de la Iglesia católica), que lo llevaron a viajar por distintas provincias del país y, posteriormente, a ocupar lugares importantes en organizaciones sindicales (Berger 2014).

Las asambleas muestran a los pobladores como tímidos y silenciosos; predomina la voz de Emiliano. Una primera lectura podría intuir que a las personas no les interesan los proyectos del MAGyP; sin embargo, esto contrasta con la cantidad de asistentes a todas las asambleas (recordemos que se trata de zonas donde es difícil transportarse y con caminos de tierra) y los diferentes aportes que hacen a la organización (ya sea en términos de pago de cuotas o aporte de recursos para el sostenimiento de los integrantes de la COCAN, aspecto que analizaré más adelante). De la misma manera, es interesante cómo las personas no dicen nada cuando Emiliano pregunta si el terreno está en condiciones.

Los silencios de la población criolla y su dificultad para organizarse, así como la escasa experiencia que tienen en el manejo de proyectos, tienen que ver con un trasfondo histórico. “El criollo vivió aislado del Estado por mucho tiempo, su principal enemigo. Fue utilizado por el Gobierno para pelear en las diferentes guerras civiles y sometido por los dueños de las estancias como peones rurales. De aquí viene la cultura del criollo fugitivo que buscaba su independencia”, afirma Emiliano. Esta historia del criollo y su sistema de vida aislado hicieron que desde el Estado y el tercer sector no se les brindara asistencia, pues a diferencia de la población indígena, no tienen una organización comunitaria y generalmente se organizan en clanes de familias que viven dispersas (Raque reconoció los derechos de los pueblos indígenas,14 tuvo como consecuencia un gran número de políticas focalizadas hacia esta población, en detrimento de los criollos. Mientras que a los indígenas se les garantiza el acceso gratuito a la tierra, los criollos deben pagar por ella.15

El contexto anterior explica las dificultades que Emiliano y su equipo enfrentan al intentar articularse con la población criolla. Aunque su equipo esté compuesto por personas que provienen de estas comunidades, también se distancia de ellas, en el sentido de la formación que ha tenido (a través de la educación formal terciaria o secundaria, de capacitaciones diversas y viajes nacionales e internacionales, que han realizado como miembros de la COCAN).

El vínculo de Emiliano con su círculo íntimo del Impenetrable data de 2009, cuando conoció a Rodolfo, en un conflicto de tierras en Formosa. Este joven me comentó que le interesaba “ver el movimiento” y que, cuando le propuso a Emiliano que fuera al Impenetrable, este le puso como condición que se organizaran. Así nace la CUIC. Esto es central y muestra que la reputación de Emiliano con la población se basa, en parte, en su capacidad para apoyarlos con sus reivindicaciones en torno a la tierra.

La asamblea de Coquitos ilustra cómo Eustaquio y varios de los pobladores hablan de su preocupación por el proyecto de relocalización de la Reserva Grande y piden que Emiliano los instruya y asesore sobre el tema. De hecho, uno de los grandes logros de la COCAN fue que Capitanich (gobernador del Chaco) frenara la entrega del título de tierra a la asociación indígena MOWITOB, logrando un consenso entre pobladores indígenas y criollos, para que estos últimos pudieran quedarse en la Reserva Grande, sin necesidad de relocalizarse. Varios pobladores consideran que este hecho contribuyó a legitimar a la COCAN y su dirigente ante las comunidades.

En 2013 Capitanich firmó un acta de acuerdo con la CUIC, donde se comprometió, entre otras cosas, a ejecutar un plan de regularización dominial; realizar perforaciones de agua; financiar proyectos de infraestructura; asistir con forraje a la ganadería campesina y construir viviendas rurales.16 El liderazgo de Emiliano en las comunidades tiene que ver con que “recorre el territorio”; esto significa que busca comprender su forma de vida. A diferencia de un técnico, no solo va a promocionar proyectos o a darles seguimiento, sino que se toma el tiempo de visitar a las familias, conocer sus modos de vida, actividades reproductivas y darles recomendaciones diversas. Así, tiene un rol pedagógico y didáctico (Berger 2009), que busca capacitar a las personas y que estas, a su vez, capaciten a otras, como cuando le plantea a Eustaquio que puedan ir otros campesinos para que aprendan el trabajo de manejo silvo- pastoril que hace en su chacra. Además, a Emiliano le interesa informarse sobre la política local y proponer o incentivar que las personas busquen alternativas para solucionar sus problemas (abuso de los intermediarios, que les compran el ganado a bajo precio, connivencia entre los políticos municipales y las autoridades encargadas de la sanidad agropecuaria; robo de maquinaria de proyectos públicos, etc.).

También es interesante ver la manera en que Emiliano manipula los símbolos para generar organización o para mantener unidos a los miembros de un grupo. Apela a lenguajes y rituales cercanos a los miembros de la comunidad moral (Bailey 2001, 1971) y busca entender sus valores y tradiciones (Bailey 1975). Por ejemplo, en todas las asambleas hay ritos de comensalidad. Si bien las personas tratan al dirigente con mucho respeto y distancia (le hablan de usted y le llaman don Emiliano o don Medina, por su apellido) él los llama “compañeros” o por su nombre de pila. Esto forma parte del lenguaje de amor que utiliza el dirigente para crear una sensación de equivalencia entre él y sus seguidores (Bailey 2001).

El lenguaje utilizado es variado; por un lado, Emiliano busca generar empatía con los pobladores. Esto es visible cuando logra romper el silencio de las asambleas a través de las bromas, ligadas a los usos y costumbres de las personas del campo (por ejemplo, cuando dice que parece el día del hombre porque no hay ninguna mujer o que los ve más gordos). Por otro, se conduce con seriedad cuando busca explicar el sistema de merecimientos y derechos (Quirós 2011) que adquieren los pobladores al participar en los proyectos del MAGyP. Así, él y su equipo buscan transmitir que los proyectos “no son regalos”, sino que implican “un ida y vuelta”, como solía decir el dirigente. Es por ello que utiliza metáforas cercanas a la gente del campo, para explicarles los compromisos y responsabilidades que implica participar en los diferentes proyectos. Por ejemplo, cuando les dice que “el que se come la vaca lechera no hace bien los deberes”, quiere decirles que los recursos destinados por el MAGyP deben ser utilizados para las actividades propuestas para el proyecto. La metáfora sobre el crédito que uno saca con el almacenero refiere a que todo proyecto tiene un orden lógico a seguir: no se puede instalar un silo sin que haya terreno y contrapiso. Al decirles que, si uno no le paga al almacenero, este no le volverá a prestar, busca enfatizar que la forma en que gasten y administren los fondos de los proyectos, es clave para su sustentabilidad en el tiempo y para volver a obtener fondos del Gobierno, a futuro.

Emiliano también distingue con claridad las tareas que le corresponden a él, como dirigente de la COCAN, y las de los pobladores. Cuando decía “yo ya hice mi parte, hagan ustedes la suya”, se refería a que él fue el encargado de gestionar los fondos y los proyectos ante los funcionarios y ahora las personas debían encargarse de que el proyecto caminara. Al igual que la burocracia, las organizaciones también utilizan tecnologías para organizar a la población: tienen que ver, principalmente, con la distribución de tareas que se hace para los proyectos y con el control de la participación de las personas en las asambleas, así como con el pago de sus cuotas de asociado. Esto último es central para el sostenimiento de diferentes actividades de la organización (pasajes, viáticos, trámites burocráticos, pago al contador para los balances, etc).

Sin embargo, Emiliano no solo genera organización a través de los proyectos del Estado, sino fomentando la identidad criolla. Más que para ser un mediador entre los proyectos que se gestan desde el MAGyP, esto lo habilita para incentivar a las personas de las comunidades a que tengan la iniciativa de crear sus propios proyectos o idear proyectos para luego conseguir financiamiento. Es por ello que en la asamblea de Cerezos trata el tema de la Fiesta del Cabrito y aunque en esa narración hable de la venta, el propósito, en realidad, es unir y contribuir a apaciguar los conflictos de la población, como me lo dijo alguna vez. La fiesta reivindica varias tradiciones gauchas: el concurso de hacheros, bailes y canciones típicas y la comida artesanal. Es importante, también, notar cómo se busca invitar al gobernador a la fiesta: de ese modo, el criollo busca reconocimiento de sus tradiciones por parte del Gobierno.

Los relatos muestran el recorrido de Emiliano por cinco localidades distintas del Impenetrable, donde existe una distancia promedio de 150 kilómetros entre una y otra, además de ser caminos de terracería. La circulación del dirigente por esos lugares sería imposible sin el trabajo organizativo que realiza su equipo íntimo y la ayuda que le brindan varios pobladores. El rol que cumplen sus seguidores y los pobladores del territorio en los proyectos es sumamente complejo. Sobre todo, en el sentido de que no estamos hablando de un solo proyecto, sino que cada territorio tiene un aluvión de varios, con diferentes requisitos e interlocutores del Gobierno nacional y provincial. Estos se ejecutan de manera simultánea y, aunque todos hablan de la importancia de la participación de la población y el fomento del asociativismo entre los pobladores, subestiman el tiempo, las capacidades y las tareas requeridas, más allá de las labores y actividades reproductivas de su vida diaria.
El equipo de Emiliano debió encargase de hacer un relevamiento de las personas interesadas en participar de los proyectos; conseguir el terreno (para la instalación de los silos, el galpón y la carnicería); pedir presupuestos para la compra de insumos, distribuir el trabajo entre los destinatarios y hacer un seguimiento. Los proyectos involucran una serie de capacidades y habilidades que tienen que ver con la esfera técnica, económica (administración y rendición de gastos) política (negociación con autoridades), social y burocrática (llenado de formularios y presentación de expedientes). También involucran insumos de diferente tipo: GPS, computadoras, internet, camionetas, teléfonos, electricidad y gasolina; que escasean en las comunidades rurales y tienen un alto costo. Esto hace que el dirigente deba generar organización y conocer los talentos de sus allegados.

Entre los seguidores de Emiliano hay quienes han cursado nivel terciario o actualmente son estudiantes universitarios. Estos jóvenes se dedican a coordinar la comunicación de las organizaciones en el territorio con la Mesa Directiva de la COCAN, a nivel nacional. Son letrados y usuarios de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como María y Daniel, y se comunican con los técnicos y funcionarios a cargo de los programas. Aunque también haya seguidores que no tuvieron educación formal porque nunca asistieron a la escuela, estos se dedican a hacer otro tipo de tareas. Por ejemplo, Baldo, que tenía experiencia en albañilería, supervisaba que estuvieran bien hechos los contrapisos de cemento para la instalación del silo.

Las tareas sociales (el trato con los socios de la organización) y de logística (organización de asambleas y viajes) también requieren esfuerzos. Rodolfo destaca que él sabe “cómo tratar con los miembros de la organización y resolver disputas cuando un socio está molesto.” De la misma manera, se encargó de toda la logística del viaje. En nuestro recorrido visitamos cinco localidades distintas, donde tuvimos alimentos y hospedaje, así como diferentes personas que nos trasladaron en vehículos particulares de un lugar a otro. Esto fue gracias a la extensa red de parentesco y amistades que tiene Rodolfo. Cada vez que le preguntaba si quería que le contribuyera con algo de dinero, se negaba rotundamente y me decía: “No se preocupe por nada, usted es nuestra invitada”. Además, se ocupó de anunciar y convocar a través de la radio las diferentes asambleas y ver que llegaran los principales pobladores con los que el dirigente quería hablar.

La última idea que me gustaría resaltar es que, a pesar de que el dirigente instó a no mezclar la política con el trabajo de la organización, en la práctica, él y su equipo tienen una idea de cómo la política afecta los programas y proyectos del MAGyP, en diferentes niveles. Esto tiene que ver con cómo piensan el mundo político y su funcionamiento (Vommaro 2015), al igual que con la manera en que interpretan las reglas del juego político (Bailey 2001). Para Emiliano, el contexto electoral afecta a nivel nacional, porque el secretario de la SAF está apoyando a una compañera de la OPP, que se va a lanzar como candidata a la presidencia. Por su parte, pide que los pobladores se apuren a ejecutar los recursos y negociar con autoridades locales, antes de que vengan las elecciones, pues es una manera de aprovechar la coyuntura política para pedir y exigir a las autoridades locales.

El dirigente y su equipo también saben usar la política, o las negociaciones con los políticos, para fortalecer el trabajo de la organización en el territorio. Memo logró que la mujer del intendente le cediera un terreno para la construcción del silo y que le dieran material para la construcción. De la misma manera, consiguió que un empleado municipal nos transportara en un vehículo del municipio hacia otras localidades. Esto fue esencial, pues como era época de lluvias, todos los caminos estaban inundados y no había manera de salir de la localidad en transporte público. El dirigente también me comentó que estaba negociando con los funcionarios provinciales para que contrataran jóvenes de la CUIC como técnicos de los programas.

Conclusiones

En la interfaz proyectos del MAGyP- comunidades rurales del Impenetrable, Emiliano juega un rol como “emprendedor político” (Wolf1956). Debe prestar atención tanto a las expectativas de los funcionarios (a cargo de los proyectos de desarrollo rural y agricultura familiar) como a las preocupaciones de la población del Impenetrable, que ciertamente exceden los objetivos de los proyectos. En este sentido, se convierte en un mediador de dos rostros: debe conocer los patrones de comportamiento a seguir con la burocracia estatal y con las personas de las comunidades, conociendo su sistema cultural, valores y creencias.

El primer dilema que enfrenta Emiliano es apoyar y promover proyectos que fueron formulados “desde un escritorio”. Mientras recorrimos el Impenetrable, destacó que la tecnología y los insumos de los proyectos no están adaptados a esa realidad. Por ejemplo, la sala de faena móvil es difícil que circule y opere en caminos de barro, frecuentemente inundados e intransitables. Además, requiere buenas fuentes de electricidad y agua, las cuales escasean. No obstante, hay diversos pobladores que participan en los proyectos. Esto evidencia que existe un Estado en movimiento (Borges 2009) en el que el trabajo de los miembros de la COCAN resulta clave, no solo para implementar los programas del Gobierno, sino para resignificarlos y articularlos con las problemáticas del territorio. Es de ese modo que Emiliano y sus seguidores logran resolver, en parte, el dilema planteado.

Lo que el Estado presenta como proyectos para cubrir déficits hídricos y productivos, los mediadores lo transforman en recursos que pueden generar un uso compartido del territorio. Por ello, en las asambleas no solo se toca el tema de los proyectos, como planes que deben ejecutarse, sino que trata de verse cómo estos pueden aportar a las problemáticas comunitarias. La inseguridad jurídica que viven varios pobladores busca resolverse a través de diversas prácticas organizativas: negociaciones políticas con el gobernador y búsqueda de consensos con la población indígena, así como concientizar a la población criolla para que luche por su tierra y las mejoras. De tal manera, las perforaciones de agua, los silos y la carnicería se resignifican para ser planteados como insumos de uso compartido, que ayuden a construir un territorio conjunto, donde criollos e indígenas desarrollen sus actividades productivas.

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Wolf, Eric. 1956. “Aspects of Group relations in a complex society: Mexico”. En Peasants and peasant societies, compilado por Theodore Shanin, 50-69. Middlesex: Penguin Books.

Notas al pie

1 Esta publicación se enmarca en el PICT 2676 “Agentes estatales, campesinos e indígenas en la reconfiguración de estatalidades” y en el PIP 0247 “Las cuestiones del desarrollo, de lo indígena y de lo ambiental en la reconfiguración de lo rural”.

2 En efecto, esta representa el 24% de las superficies cultivadas en el país. Su valor bruto de producción para el año 2004 fue de $ 64.478 millones (Obschatko 2009, 33). 

3 Este proceso político ha sido ampliamente documentado en Argentina. Para un análisis macro y comparativo de la diversidad de las organizaciones y movimientos sociales y su alianza con Kirchner, ver Pérez y Natalucci (2010).

4 La Mesa Directiva de la COCAN resolvió que el cargo sería ocupado por Andrés, una persona con perfil técnico que los asesoraba desde hacía algunos años.

5 Es una región de bosque, localizada al noroeste de la provincia del Chaco. Su nombre obedece a la dificultad para atravesarlo, por su agreste y tupida vegetación (árboles de quebracho, cactus, algarrobo, etc.). Se caracteriza por tener un clima semiárido; sufre sequías e inundaciones frecuentes. Los municipios en los que se implementó el proyecto tienen una población promedio de 2000 habitantes (MAGyP 2014).

6 Los nombres de las localidades han sido cambiados, con la finalidad de garantizar la confidencialidad de los informantes.

7 El 23,1% de la población de la provincia del Chaco vive con necesidades básicas iinsatisfechas. Es la segunda provincia con mayor porcentaje de pobreza en el país (INDEC 2010).  La agricultura familiar tiene una presencia importante en la provincia: el 40% del total de las Explotaciones Agrícolas Agropecuarias (EAP) (Obschatko 2009).

8 Uno de los principales problemas donde se localizan estos municipios es la deficiencia hídrica. La única fuente potencial viable de producción primaria es la recolección de agua de lluvia (MAGyP 2014).

9 Es la reserva aborigen más grande de América Latina. Consta de 300 000 hectáreas al sur del río Bermejito, con un codiciado oasis ambiental rico en fauna, flora y biodiversidad (Aranda 2016).

10 Las mejoras se refieren al trabajo realizado por las familias criollas en las parcelas individuales: árboles frutales, represas, potreros y hectáreas destroncadas. En el equipamiento comunitario, incluye caminos abiertos, puentes, escuelas, iglesias y puestos de salud (Barrios 2005).

11 Las familias de las localidades donde se hicieron los proyectos se dedican a la crianza de ovinos y caprinos, cuyo principal producto lo constituye el cabrito. El manejo de los hatos lo realizan las mujeres, mientras que los hombres realizan las tareas forestales (MAGyP 2014).

12 La COCAN trabaja con familias indígenas y criollas. En la historia argentina, la criolla se representa como una población sacrificada, desprotegida y perseguida por el Gobierno. Esto se muestra en El Gaucho, de Martín Fierro (Barrios 2005).

13 El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de Argentina solo realiza censos con conglomerados urbanos, por lo que no hay datos oficiales sobre las condiciones socioeconómicas de la población rural. Utilizo un censo de Fantin y Meichtry (2001) en un área del Impenetrable como proxy para los lugares recorridos.

14 La provincia del Chaco cuenta con una población total de 1 055 259 personas, de las  cuales 41.304 son indígenas (INDEC 2010). Es  una de las provincias con mayor porcentaje de población indígena en el país.

15 Kay (2007) sostiene que uno de los grandes errores de los programas de desarrollo rural ha sido creer que solo los indígenas son pobres, lo cual ha excluido a muchos campesinos de los programas de desarrollo rural. Además, esto ha hecho que las políticas que lidian con población indígena sean más populares y adquieran más recursos.

16 Así puede constarse en el “Acta acuerdo entre el gobernador y la CUIC”, de 2013.