EUTOPÍA. Revista de Desarrollo Económico Territorial N.° 14, diciembre de 2018 DOI: http://dx.doi.org/10.17141/eutopia.14.2018.3760 ISSN 1390 5708/e-ISSN 26028239 |
Géographie du Développement. Territoires et mondialisation dans les Sud (Geografías del desarrollo: territorios y mundialización en los Sures) de Jean-Louis Chaléard y Thierry Sanjuan
Fernando Barragán-Ochoa
Investigador asociado al laboratorio Prodig, Francia, fbarraganochoa@gmail.com Los geógrafos Jean-Louis Chaléard y Thierry Sanjuan proponen en esta publicación una reflexión sobre los mecanismos de desarrollo en los Sures, a partir de una lectura de los territorios y los procesos territoriales. Varias obras han analizado el desarrollo, pero el aporte de esta publicación es el enfoque espacial y la constante preocupación por los territorios, en el marco de la geografía social francesa. No asombra entonces que, desde las primeras páginas, se señale que los espacios revelan el bienestar, los éxitos y fracasos, las inequidades e injusticias sociales, que se expresan en diversas escalas. La obra está compuesta por cuatro partes (16 capítulos), que serán analizadas para luego puntualizar sus principales aportes. En la primera parte se abordan las herencias que han dado lugar a una bipartición del mundo, que en la actualidad se resume en Norte y Sur. Estas denominaciones no son neutras; resultan de una “batalla de las denominaciones”, que implica diferentes formas de ver el mundo y concepciones del desarrollo. Los autores subrayan que la bipartición no genera categorías homogéneas, lo cual obliga a hablar de los “Sures” (en plural). En efecto, las trayectorias de desarrollo de estos países se han diversificado a pesar de una tendencia que, tras la Segunda Guerra Mundial, ha privilegiado las políticas intervencionistas que favorecían la industrialización para salir del subdesarrollo y que, a partir de los años 70 y 80, brinda mayor importancia a las políticas liberales, fundadas en la apertura de los mercados y el retorno al modelo exportador de materias primas. La primera parte finaliza con una crítica a la concepción única del desarrollo, subrayando cómo evolucionan las visiones y objetivos de las políticas que incluyen la sustentabilidad, y otras como el enfoque de capacidades planteado por Amartya Sen (2012). Al hablar sobre las políticas públicas, los autores centran su análisis en los Estados. Señalan que uno de los principales desafíos de los países del Sur es institucional. Abordan entonces el rol de los Estados en los modelos de desarrollo y sus relaciones con otros actores, cuyos pesos pueden ser determinantes en ciertas localidades, como las Organizaciones no Gubernamentales (ONG). Se trata, en muchos casos, de actores internacionales, paragubernamentales o extranjeros y, en menor medida, propios de cada país (en muchos casos, financiados internacionalmente). Esto lleva a Chaléard y Sanjuan a interesarse por la inserción de esos países en la mundialización. Por ende, la segunda parte del libro se centra en la mundialización de los Sures e inicia con tres definiciones clave.
Los vínculos crecientes entre los espacios son vistos críticamente. Estos pueden denotar una nueva etapa de la integración, pero también una nueva subordinación de los países del Sur. Los autores mencionan los cambios en los equilibrios mundiales, por la emergencia de potencias del Sur, así como por una masificación y complejización de flujos. Sin embargo, se muestran prudentes frente a estos procesos, y advierten que pueden agravar las discriminaciones, en detrimento de los espacios y actores marginalizados. Siguiendo la línea de Lombard, Mesclier y Velut (2006), se insiste en que la mundialización, más que borrar los espacios, los reconfigura y dinamiza. Sus efectos se concentran principalmente en los territorios que han logrado enlazarse con las redes mundiales. En ese sentido, los autores, retomando la idea del Veltz (1996), puntualizan que las diferencias entre los espacios reflejarían menos una oposición Norte-Sur que una configuración en “archipiélago”, formado en función del grado de inserción de los espacios locales a las redes globales. Los autores, en clara referencia a las propuestas de Brunet (2001), identifican tres formas espaciales que resultan de la interacción entre lo local y lo mundial: el punto que se difunde a través de círculos concéntricos; la línea y el corredor de desarrollo y el polígono que representa un territorio de enclave. Luego de observar el efecto de la mundialización en las estructuras espaciales, en la tercera parte los autores abordan las dinámicas. Centran su atención en la evolución de la urbanización, las dinámicas de los campos, los problemas ambientales, las tensiones identitarias y los conflictos territoriales. Los procesos globales están acompañados por dinámicas locales, que en parte pueden ser autónomas, lo que brinda una importancia particular al concepto de escala. Por ejemplo, se menciona que, si la urbanización acelerada es innegablemente uno de los principales fenómenos en los Sures, la modificación interna de las ciudades que esta genera es propia de sus estructuras internas. Si hay casos de disminución de la población en los campos, en la escala de los Sures, estos no están en vía de despoblamiento, sino que participan de los cambios de la mundialización. La temática es de particular interés para el profesor Chaléard, pues le permite profundizar en las paradojas de la situación de la agricultura y de los campos en los países del Sur. Los autores recuerdan que en los campos todavía vive la mayor parte de la población del Sur, a pesar de la urbanización creciente. La agricultura ocupa más de la mitad de los activos, lo cual, sin embargo, no ha logrado contrarrestar los problemas alimentarios. La liberalización económica ha impulsado la agroexportación y la competencia con las agriculturas del Norte, generalmente subsidiadas. Estos factores han generado divergencias en las trayectorias de las agriculturas de los Sures, que no se explican únicamente por la evolución de la agricultura, sino en un contexto más amplio, retomando el concepto de “nueva ruralidad”, que incluye otras funciones de los campos y sus actores. La multiplicación y diversificación de los actores territoriales ha generado en muchos casos conflictos que, si bien no están ausentes en los países del Norte, en los países del Sur presentan una mayor violencia y frecuencia. Los autores argumentan esta idea mencionando que, a escala mundial, desde el año 2000 se han generado 20 golpes de Estado, todos en los países del Sur. De igual forma, en 2015, concentraron 42 de las 43 guerras registradas. La cuarta parte de la publicación retoma la pluralidad de los Sures, para señalar su heterogeneidad. Para ello, se clasifican los países con base en dos criterios: la mejoría del bienestar del conjunto de la población de un país y su empoderamiento político-económico, en su integración a la mundialización. Estos criterios son complementados con el tamaño, la situación geopolítica y la capacidad de influencia, con lo cual se genera una matriz que permite analizar el mosaico de niveles de desarrollo y de desafíos de los Sures. De este análisis resultan cuatro categorías: los grandes países emergentes, los nuevos lugares de anclaje, los países intermedios y los márgenes. Finalmente, la obra recuerda que las dinámicas analizadas se inscriben en la mundialización, aunque no pueden reducirse a este proceso, lo que de hecho es uno de los factores para diversificar las trayectorias de cada país. Esa diversificación no cuestiona la existencia del Sur como un conjunto, sino que inscribe la temática del desarrollo en escalas y tiempos variables. Los autores consideran que la mejoría de las condiciones de vida proviene fundamentalmente de una inserción exitosa en las redes de producción e intercambio globales. En este último punto, destacan el crecimiento de intercambios Sur-Sur. Señalan, sin embargo, que el éxito económico de ciertos países no los ha alejado del “mal-desarrollo” o “subdesarrollo”, caracterizado por la permanencia e, incluso, el incremento de las inequidades. Estas últimas están vinculadas a la explotación de trabajadores, la contaminación, degradación de áreas forestales y erosión del suelo, entre otros problemas. Estos inciden en el incremento de conflictos tanto entre países como en su interior. La fragmentación de los espacios nacionales, en función de su capacidad de integrarse a las redes globales y atraer inversiones, es un efecto de la mundialización, expresado en la metáfora “economía de archipiélagos”. Se puntualiza que la situación de los espacios y poblaciones fuera de estos archipiélagos es la más dramática a escala global, ya que los Estados del Sur generalmente tienen menores capacidades para socorrerlos. También se argumenta que las diferencias entre Norte y Sur no son solo de “nivel”, sino de naturaleza, lo cual subraya la diversidad de las trayectorias en los Sures. Este último elemento, considerado en el contexto de la mundialización, muestra que dicho proceso puede ofrecer oportunidades a los países, bajo la condición de que sepan aprovecharlas, a través de una inserción beneficiosa. Al mismo tiempo, las trayectorias diversas promueven la reflexión sobre las posibilidades de construir modelos de desarrollo alternativos, frente al modelo productivista del Norte. A lo largo de la obra, los argumentos retoman enfoques teóricos, pero sobre todo casos concretos, de los cuales al final se presenta una lista toponímica con más de 300 entradas. Además, el texto cuenta con una decena de recuadros descriptivos, que profundizan en ejemplos de las principales áreas de investigación de los autores. De estos últimos se puede mencionar el caso de Costa de Marfil, al que cuestionan su modelo de desarrollo (pág. 35). También interrogan sobre las posibilidades generadas para los países del Sur por la emergencia de China (pág. 198). El uso de mapas aporta mucho a la lectura del texto. Algunos son planisferios que muestran, por ejemplo, los niveles de ingreso en los países y la repartición de la población mundial. También se emplean otras escalas: la iniciativa para la integración regional de América Latina (IIRSA), representada a escala continental (pág. 110); la evolución de la producción de soja en Brasil (pág. 151), que utiliza la escala nacional y el ejemplo de Abiyán (pág. 121), empleado para representar una ciudad en vía de metropolización, que utiliza la escala local. Recurrir a los espacios y a un pensamiento multiescalar son métodos geográficos que en este libro se aplican al desarrollo de los Sures. El mayor aporte de la publicación es consolidar la “geografía del desarrollo” como un punto de encuentro entre ideas y debates renovados por la mundialización, que mantienen una preocupación y una indignación por las condiciones de vida de millones de personas. Bibliografía Brunet, Roger. 2001. Le déchiffrement du monde, théorie et pratique de la géographie. París: Belin. Chaléard, Jean-Louis, y Thierry Sanjuan. 2017. Géographie du Développement. Territoires et mondialisation dans les Sud. Malakoff: Armand Colin. Lombard, Jérôme, Evelyne Mesclier, y Sébastien Velut. 2006. La mondialisation côté sud. Acteurs et territoires. Marsella : IRD Editions. Sen, Amartya. 2012. Ethique et économie et autres essais. París: PUF. Veltz, Pierre. 1996. Mondialisation, villes et territoires. L’économie d’archipel. París: PUF.
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