Eutopia.
Revista de Desarrollo Económico Territorial N.° 21, junio 2022, pp.
184-201
ISSN 13905708/e-ISSN 26028239
DOI: 10.17141/eutopia.21.2022.5416
Reproducción
de espacios biodiversificados y acción colectiva en la comunidad tsotsil, Altos
de Chiapas, México
Reproduction of biodiversified spaces and collective
action in the tsotsil community, Altos de Chiapas, Mexico
Edith Cervantes Trejo. Doctora
en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable por El Colegio de la Frontera
Sur, Posdoctorante del Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS-Unidad Sureste, - CONACyT - México, edithcervantest@gmail.com,
https://orcid.org/0000-0003-1262-6783
A María Bertely, in
memorian
Recibido: 28/03/2022 - Aceptado: 17/05/2022
Publicado: 30/06/2022
Resumen
Se
explora cómo el desarrollo del grupo localizado de parentesco atraviesa
transversalmente la producción y reproducción de la biodiversidad, mantenida
por la práctica de acción colectiva que rige a esta unidad social de
parentesco, integrada por los grupos domésticos independientes del padre y de
los hijos varones, que habita un complejo habitacional de casas contiguas
denominado unidad de residencia. Se propone el concepto de acción colectiva
para designar la práctica social caracterizada por encuentros de elevado nivel
de disponibilidad de presencia-copresencia que ocurre en espacios sociales
complejos organizados y configurados por la patrilocalidad, y la propiedad
colectiva ejercida por pueblos indígenas. Tales encuentros vinculados a
diversas prácticas son nombrados Tsobolom kutik, término en lengua
tsotsil registrado en trabajo de campo que significa “juntos somos”, “juntos
estamos”. La contigüidad entre las regiones del hogar y el lugar de trabajo (el
espacio biodiversificado o patna) que presenta la casa tsotsil del grupo
doméstico acentúa dichos encuentros entre sus miembros y posibilita la práctica
de acción colectiva que configura el patna, sustentada en una compleja
articulación de procesos de trabajo y socialización de conocimientos. Tal
andamiaje social operado por pueblos indígenas para mantener la biodiversidad
es irrepetible en otros entornos sociales.
Palabras clave: Acción colectiva, nivel de disponibilidad de
presencia, espacio biodiversificado.
Abstract
This article explores how the development of the
localized kinship group crosses transversally the production and reproduction
of biodiversity maintained by the practice of collective action that governs
this social unit of kinship, made up of domestic groups independent of the
father and sons, who inhabits a housing complex of adjoining houses called a
residence unit. The concept of collective action designates
the social practice characterized by meetings with a high level of availability
of presence-co-presence that occurs in complex social spaces organized and
configured by patrilocality and collective property exercised by indigenous
peoples. Such meetings linked to various practices are named Tsobolom kutik,
a term in the tsotsil language recorded in field work that means "together
we are", "together we are". The contiguity between the regions
of the home and the workplace (represented in the biodiversified space or patna)
presented by the tsotsil house of the domestic group accentuates these meetings
between its members and enables the practice of collective action that
configures the patna, supported on a
complex articulation of work processes and knowledge socialization. This social
staging operated by indigenous peoples to maintain biodiversity is unrepeatable
in other social environments.
Keywords:
Collective action, presence availability level, biodiversified
space.
Introducción.
Este trabajo se aproxima a la relación dinámica entre
el mantenimiento de la biodiversidad y el desarrollo del grupo localizado de
parentesco,[i] [ii]
que estructura a la comunidad tsotsil, destacando
la acción colectiva que rige la vida cotidiana de esta unidad social.
El
grupo localizado de parentesco ha sido reportado empíricamente en prácticamente
todos los grupos lingüísticos indígenas del área mesoamericana de México,
Guatemala y el sur de Nicaragua (Robichaux 2002, 75). Numerosos registros
etnográficos coinciden en que la casa de los abuelos se encuentra rodeada por
otras pertenecientes a sus hijos y a su descendencia (Vogt
1966, Collier 1976, Hunt 1976, Nutini 1976, Villa Rojas
1992).
La
patrilocalidad, que caracteriza al grupo localizado de parentesco, configura un
complejo habitacional de casas contiguas de grupos
domésticos[iii]
independientes (de los padres y de los hijos varones), denominado unidad de
residencia (Cervantes, Estrada y Bello 2017). Sede[iv] en donde intersectan las
actividades de rutina de los integrantes de los diferentes grupos domésticos
que articula esta unidad social. La práctica de propiedad colectiva produce
fronteras internas que exhiben marcadores físicos apenas identificables en
diferentes espacios de la unidad de residencia. Contexto que incide en un
elevado nivel de disponibilidad de presencia-copresencia (Giddens 2011, 155) en encuentros de actores
miembros del grupo localizado de parentesco.
Durante
el trabajo de campo de esta investigación se registró que dichos encuentros
colectivos son nombrados Tsobolon kutik, esquema cognitivo empleado en
la lengua tsotsil cuyo sentido o significado es “juntos somos”, “juntos
estamos”. Tal vocablo se usa de manera reiterada en diversas actividades, entre
ellas el mantenimiento del acervo de biodiversidad y la convivencia cotidiana
conjunta, develándose así una dimensión colectiva en encuentros y actividades.
De estos hallazgos, se desprende el concepto propuesto de acción colectiva, la cual designa la interacción
social o práctica social de miembros del Grupo de parentesco y del grupo
doméstico sustentada por el tipo de encuentros ya caracterizado, que ocurre al interior
de sus respectivas sedes, la unidad de residencia y la casa, las cuales
constituyen espacios
sociales complejos organizados y configurados por la patrilocalidad y la
propiedad colectiva ejercida por pueblos indígenas.
El trabajo de campo que sustenta esta investigación se
realizó de octubre del 2021 a enero 2022. Prácticas de parentesco (residencia y
herencia de la tierra) de estos Grupos y su incidencia en la organización del
territorio de comunidades cafetaleras tseltales así como ´procesos de socialización de
conocimientos se abordaron en Cervantes, Estrada y Bello (2017) y Cervantes
Trejo y Estrada (2018). Como parte del diseño de investigación se elaboraron
guías para indagar el complejo socio-natural del espacio biodiversificado, que articulan categorías
analíticas y observables, relación planteada por Giménez (2012, 44) en
términos de que “…ningún caso [fenómeno de la vida real] tiene
significado en sí mismo y por sí mismo, sino por referencia a una teoría o
categoría analítica”. Esta
articulación es útil para el proceso de codificación, puesto que los conceptos o códigos se
vinculan con los datos de la materia textual: transcripciones,
entrevistas o notas de campo (Coffey y Atkinson, 2003). Las prácticas de
recolección de datos aplicadas en campo se basaron en entrevistas abiertas,
observación directa, diario de campo, elaboración de genealogías y esquemas de
emplazamientos residenciales.
Las preguntas que orientaron la investigación,
aluden a los
atributos de los usos del espacio o regiones de las sedes en cuestión. También
inciden en un elevado nivel de disponibilidad de presencia-copresencia
en encuentros que posibilitan complejos procesos de manejo de la biodiversidad.
, a los elementos
constitutivos de la práctica de acción colectiva, que sustenta dicha
biodiversidad vinculada a usos culturales, a cómo el proceso de
residencia patrilineal, asentado en la apropiación del territorio de la unidad
de residencia, es vinculante con cambios en la composición genealógica del
grupo localizado de parentesco y con la reproducción de espacios
biodiversificados. Esto se ejemplifica a través de dos unidades sociales, representativas del
término e inicio del mismo, que pertenecen a la
comunidad de Chocó, municipio tsotsil de Mitontic, Chiapas.
Aunque no se pretende un análisis comparativo entre el
concepto anglosajón de acción colectiva y el concepto de acción colectiva
propuesto en este trabajo, el interés de indicar algunos puntos que diferencian
una y otra acción social en el documento, reside en destacar aspectos del
contexto en que éstas se realizan. Los resultados que dan origen al capitulado
del documento de cierta manera alimentaron esta intención. Así, los espacios de
vida con fronteras permeables en la comunidad indígena se distinguen sustantivamente
de los espacios
compartimentados de convivencia cotidiana en las urbes; la acción
colectiva de los movimientos sociales se “realiza” en espacios públicos
(plazas, carreteras), pues son los que permiten concentraciones con elevada
disponibilidad de presencia, su carácter coyuntural contrasta con el
acto cotidiano de la acción colectiva en la comunidad indígena, además ocurre “para hacer frente a lo no estructurado ante las
fallas en la integración del sistema” (Jiménez 2007).[v] Se considera que el
estudio de la acción social de gran escala no excluye el análisis de aquella
que sustenta prácticas cotidianas, ya que esta es manifestación del obrar
humano. En tal sentido, la acción colectiva que mantiene y reproduce la
biodiversidad en la comunidad indígena expresa su agencia y capacidad al
sostener y erigir a México como país megadiverso.[vi]
Ubicando
a la comunidad tsotsil
El Alto Bloque Central de Chiapas, hoy la región de
Los Altos de Chiapas, constituye un territorio ocupado
desde épocas prehispánicas. Los pueblos que lo habitan son llamados Mayas de
Las Tierras Altas,[vii]
y actualmente conforman dos extensos bloques etnolinguísticos, tsotsil y
tseltal. Estos pueblos contemporáneos mantienen una organización territorial
basada en un patrón de poblamiento disperso a través de los parajes, que
Florescano (1990) califica como un modelo enraizado en el posclásico maya.
Tal apropiación del territorio de larga duración
contrasta con la organización urbana del espacio de la Ciudad de San Cristóbal
de Las Casas, núcleo poblacional concentrado que inicia con un pequeño
asentamiento español en 1528. Los territorios, como espacio-temporalmente
producidos, se manifiestan en el vasto Bloque Central (240 mil hectáreas
aprox.) a través de parajes o comunidades indígenas diseminadas en su área
montañosa, cuya población frecuentemente va de 150 a 800 habitantes, y de un asentamiento
urbano ubicado en el poljé (Cervantes
2006), estructura de fondo horizontal formada por
un hundimiento en bloque del terreno a partir de fallas regionales (Jiménez
Salas 1984),[viii]
que contaba con 215,874 habitantes en el año 2010 (INEGI, 2011). Estas
territorialidades opuestas se ilustran en la figura 1.
Figura 1. Patrones de poblamiento: urbano y
disperso (mayense).
Región
Los Altos de Chiapas, México
Fuente: “Niveles de
organización territorial de San Juan Chamula”. (Anexo Figura 6) Cervantes 2006.
Ordenamiento Territorial Comunitario: un debate de la sociedad civil hacia
la construcción de políticas públicas.
En la región alteña, las relaciones socio-espaciales
se inscriben en un campo de fuerzas, es decir, de relaciones de poder que se proyectan
sobre un sustrato espacial (Souza citado por Saquet y Cichoski 2011, 10) Así lo
manifiestan las distintas divisiones político-administrativas que han intentado
desestructurar el patrón de poblamiento mesoamericano. Durante La Colonia, la Corona Española impuso la
estructura del pueblo de indios, que suponía la concentración de la población
alrededor del emplazamiento del Cabildo. Posteriormente, la entidad
administrativa del municipio que rige la organización institucional del espacio
en México, vino a reforzar ese enfoque urbano. Sin
embargo, el poblamiento de los municipios tsetales y tsotsiles ha venido
conservando y reproduciendo el antiquísimo patrón de asentamiento disperso, que
se materializa en una cabecera municipal relativamente despoblada y pequeños
núcleos de población diseminados al interior del territorio municipal
(Cervantes 2022). Esto ha significado la marginación estructural para las
comunidades indígenas en el plano del acceso a servicios públicos básicos; ya
que la normatividad estatal para su dotación
tiene como base el grado de jerarquía urbana de cada localidad, definido por el
tamaño de su población (Cervantes 2006,
158).[ix]
Los territorios son producidos espacio-temporalmente
por el ejercicio del poder de un determinado grupo, es decir, por
territorialidades cotidianas (Saquet 2015, 40).
Este uso de poder, entendido como la capacidad transformadora de la
acción social (Giddens 2012, 144), se expresa en los territorios de los pueblos
indígenas tseltal y tsotsil al ser considerados regiones bioculturales,[x]
pues constituyen laboratorios de diversidad biológica sustentados en largos
procesos de domesticación de recursos bióticos. Una aproximación al tejido
social indígena que produce y reproduce tal biodiversidad es abordada en los
siguientes apartados a través de los grupos localizados de parentesco de la
comunidad de Chocó, perteneciente al municipio tsotsil alteño de Mitontic.
Reproducción
de espacios biodiversificados en el ámbito de residencia del grupo localizado
de parentesco
La unidad de residencia es un complejo habitacional de
casas contiguas de grupos domésticos configurada
por la patrilocalildad y la propiedad colectiva, en donde habita el grupo
localizado de parentesco integrado por tres generaciones de lazo patrilineal (Cervantes,
Estrada y Bello 2017).
Robichaux
(2002, 72) plantea que la clave para entender la reproducción social de este
tipo de grupos de parentesco, constituidos bajo principios patrilineales, se
encuentra al vincular el ciclo de desarrollo de grupos domésticos[xi] con el proceso de
herencia o transmisión de patrimonio. En efecto, la formación del grupo
localizado de parentesco corresponde a la fase denominada fisión o dispersión
del citado ciclo. Esta fase consiste en la herencia in vivo que realizan
los padres a sus hijos casados, que comprende los terrenos que ceden dentro de
su vecindario para que ellos construyan su casa (patrilocalidad), así como
parcelas de uso agrícola (herencia patrilineal de la tierra). A través de tales
prácticas esta unidad social opera procesos de administración del territorio en
la comunidad indígena, constituyéndose en una unidad socioterritorial.
La figura 2 ilustra las
distintas fases del proceso de reproducción social en cuestión representado en la composición
genealógica de un grupo
localizado de parentesco tsotsil y la organización territorial de su unidad de
residencia, que expresa un proceso de residencia patrilineal ya concluido. Así, en la reproducción
social del grupo, implícita en sus relaciones sociales, media una
territorialidad (Saquet 2015, 104) manifiesta en los espacios de vida lindados
de los grupos domésticos que lo integran.
Figura 2. Esquema Reproducción
social de un grupo localizado de parentesco tsotsil y organización territorial
de la unidad de residencia.
(Proceso de residencia
patrilineal concluido)
Chocó, Municipio de
Mintontic, Chiapas.
Elaboración propia con
base en datos de trabajo en campo
Al
término de la fase de expansión, circunscrita al período de procreación de los
hijos, el grupo doméstico fundador del Grupo de parentesco divide
una sección del espacio biodiversificado de
su casa en partes iguales según el número de hijos para el emplazamiento de sus
casas. Tal acto
da inicio a la residencia patrilineal, funda la unidad
de resicencia como espacio colectivo de vida y al grupo localizado de parentesco
como unidad social. El terreno donde inicialmente se asienta el grupo doméstico
de los padres-abuelos adquiere ahora la categoría Kosil ku’untik conforme
ocurre el proceso de residencia, dicha nomenclatura significa “terreno
nuestro-de todos” y expresa un sentido de propiedad colectiva lindada y de
apropiación colectiva del territorio.[xii]
La
casa tsotsil, nombrada Na, se articula como región a la sede de
la unidad de residencia, que es el lugar donde intersectan las actividades de
rutina de los miembros del Grupo de parentesco, a la vez constituye una sede
que alberga las actividades diarias del grupo doméstico. De modo que, las
prácticas sociales de esta unidad social se sitúan en ambas sedes. Así, la
territorialidad cotidiana[xiii] del grupo doméstico,
situada en el espacio de Na, escala a una territorialidad cotidiana en
el espacio de la unidad de residencia, que es colectiva y articuladora de
actividades de miembros del Grupo, vinculadas a encuentros para el trabajo
colaborativo, reuniones de convivencia, etc.
La
conformación de la sede Na es un proceso que culmina con cuatro usos del
espacio: ve’obal na (cocina), vayebal na o wayebal na
(dormitorio), amak (patio) y patna (espacio biodiversificado),
como lo ilustra la figura 3. El conjunto de la cocina y dormitorio, articulados
por el patio, ocupa solo una pequeña parte de Na, y está relacionado con
actividades del hogar. El patna es el espacio de mayor dimensión y
el lugar de trabajo al interior de la casa
tsotsil, ahí el grupo doméstico articula múltiples ciclos de cultivos
constitutivos de una diversidad biológica, proveedora de una variedad de usos
culturales (alimenticio, medicinal, ornamental, y otros).
La
figura 3 muestra la organización territorial de la unidad de residencia de un
grupo localizado de parentesco tsotsil, cuyo proceso de residencia patrilineal
inicia, pues su genealogía registra un solo hijo casado. En su configuración se
distingue la gran extensión del patna del grupo doméstico fundador del
Grupo, conformado por la madre, hijas e hijos no casados.
Figura 3. Esquema genealógico de
un grupo localizado tsotsil y organización territorial de su unidad de
residencia.
(Proceso de residencia
patrilineal inicial).
Chocó, Municipio de Mintontic,
Chiapas.
Elaboración propia con
base en datos de trabajo en campo.
La patrilocalidad, como
elemento constitutivo de la reproducción social del grupo localizado de
parentesco, genera cambios en la organización territorial de la unidad de
residencia. Los cambios en la composición genealógica del Grupo acompañan el
establecimiento consecutivo de Nas, con la consiguiente reproducción de
espacios biodiversificados al interior del ámbito colectivo de residencia de
esta unidad social. Por ello, el Grupo de parentesco de la figura 2 tiene cinco
patna al interior de su unidad de residencia, mientras el Grupo de la
figura 3, cuya constitución inicia, exhibe solo dos espacios biodiversificados.
Mas ¿cuáles son las características de la
unidad de residencia y Na,
configuradas por la residencia patrilocal y la propiedad colectiva, que inciden
en elevados niveles de disponibilidad de presencia de miembros del Grupo de
parentesco en encuentros en dichas sedes? Una aproximación a esta cuestión se
presenta en el siguiente apartado.
Caracterización de la
casa tsotsil: disponibilidad de presencia en encuentros colectivos
El
proceso de residencia patrilocal, y con ello la conformación de la unidad de
residencia, inicia con la parcelación de una sección del patna de los
padres en partes iguales considerando el número de hijos varones procreados. La
parcelación se realiza en un acto colectivo denominado Tsobolon kutik que
significa “juntos estamos, juntos somos”, y participan en él todos los
miembros del grupo doméstico de los padres para “sembrar piedras” o
Ts’un ton, que consiste en colocar piedras en los vértices de cada terreno
parcelado. La parcela así delimitada por cuatro mojones se entrega a cada hijo
en calidad de moton osil, “regalo de terreno”,[xiv] y en señal de
agradecimiento los hijos ofrecen una comida en la que todos conviven.
De
esta manera, los mojones son los únicos marcadores físicos que delimitan las
fronteras de los terrenos donde se establecerán las Na de los hijos y su
descendencia. Este marcaje espacial evidencia un ejercicio de la práctica de
propiedad colectiva ejercida por pueblos indígenas. Frecuentemente, las
regiones de la sede-unidad de residencia, es decir, las Na de los grupos
domésticos de los hijos conservan dicha delimitación y presentan fronteras[xv]
permeables que permiten una intensa interacción social al interior del complejo
habitacional. Si las Na están delimitadas
por setos, generalmente de pequeña dimensión, la interacción social se
“concentra” en la sede de la casa tsotsil, con excepción de la región del amak de la casa del grupo doméstico de
los abuelos, articuladora de encuentros de los miembros del Grupo, y centro de
la unidad de residencia ya que los marcadores de esta casa son mojones apenas
perceptibles.
En cualquier caso, los encuentros de actores en estas
sedes se caracterizan por elevados niveles de disponibilidad de
presencia-copresencia[xvi]
y están vinculados a gran diversidad de actividades, en tsotsil estos
encuentros se denominan Tsobolon
kutik “juntos estamos”, “juntos somos”. En este trabajo, el concepto de
acción colectiva designa la interacción social o práctica
social sustentada por este tipo de encuentros colectivos.
Las
territorialidades cotidianas del grupo doméstico sustentadas en las actividades
diarias en el espacio del hogar (ve’obal
na, vayebal na y amak) y aquellas que
ocurren en la región del patna muestran ritmos diferentes. La
territorialidad implícita en el acontecer de las labores de manejo en ese
espacio de trabajo tiene un carácter procesual, derivado de los itinerarios
técnicos de los múltiples ciclos de cultivo ahí establecidos, así como del
acervo de recursos bióticos resultado de largos procesos de domesticación. La organización territorial de la sede Na exhibe una integración
entre ambas regiones de fronteras permeables. Esto origina que el ordenamiento temporal y espacial de
actividades en los usos del espacio del hogar y el lugar de trabajo[xvii]
se vincule con rutinas de encuentros de elevado nivel de disponibilidad de
presencia-copresencia, característica de la acción colectiva de esta unidad
social. Tal contigüidad entre regiones posibilita entonces que el grupo
doméstico opere de manera colectiva la compleja articulación de procesos de
trabajo inherentes a la biodiversidad establecida en patna.[xviii]
La
disponibilidad de presencia de los miembros del grupo doméstico en la región patna
se acentúa bajo el contexto de propiedad colectiva en que se configura
territorialmente Na. Ya que la
frontera que la separa de la región del hogar es la demarcación presentada por
el propio sembradío de cultivos. Ahora bien ¿cuáles son los mecanismos que
sustentan los procesos de trabajo en patna?
La
práctica de acción colectiva en patna: aproximación a procesos de trabajo y
socialización de conocimientos
El patna es
el laboratorio botánico de Na.
Inicialmente es un espacio semi-biodiversificado, condición de la fracción del patna de los padres que fue heredada a
cada hijo varón para el establecimiento de su casa. Posteriormente alcanza una
compleja configuración de ciclos de cultivos que denotan una articulación de
procesos de trabajo operados por el grupo doméstico, a la que es inherente
procesos de socialización de conocimientos que son necesarios para adquirir la
visión integral que precisa un manejo diversificado de especies.
La práctica de acción colectiva se concibe en este
trabajo como interacción social, y al grupo doméstico que la opera como sistema
de interacción social (SIS).[xix] La interacción social denota encuentros en que individuos se
comprometen en situaciones de copresencia (Giddens 2011, 122). Así lo constatan
los encuentros en torno al trabajo articulados al mantenimiento de
biodiversidad al ser nombrados Tsobolon
kutik amtel ta patna, “juntos somos o juntos estamos para trabajar en el patna”, que además expresan una
interacción social colectiva de elevado nivel de disponibilidad de
presencia-copresencia por parte de los
miembros de esta unidad social.
La práctica de acción colectiva que sustenta el patna, aquí se analiza en términos de
forma constitutiva de interacción social, disociada en relaciones de poder y
comunicación de sentido.[xx]
Los procesos de trabajo que el SIS del grupo doméstico opera en esta práctica
se vinculan con el uso de poder. El poder es inherente a la acción e implica un
sentido de aptitud transformadora (Giddens 2011, 52). Representa la capacidad
del agente, el grupo doméstico, de aportar recursos que se aplican como medios
en la realización de la práctica de acción colectiva que reside en el
mantenimiento del conjunto de ciclos de cultivo establecidos en el patna.[xxi]
En el contexto mesoamericano, el recurso aportado en
los procesos de trabajo agrícola reside en una tecnología basada en el uso de
conocimientos, que además incluye medios de producción representados en un
acervo de recursos bióticos que son resultado de largos procesos de
domesticación.[xxii]
[xxiii]
Esta tecnología, se diferencia de la tecnología artefactual o instrumentista,
que es la visión más arraigada de la tecnología, la cual considera que las tecnologías son
simples herramientas o artefactos construidos para una diversidad de tareas
(González 1996, citado por Osorio 2002).
El proceso de biodiversificación que configura al patna va a la par del desarrollo del
grupo doméstico, mediado por un conocimiento que se va adquiriendo o Kich’tik chanumtasel, “recibimos
enseñanza”. Generalmente, el patna del
grupo doméstico fundador del grupo de parentesco exhibe gran densidad de
cultivos y policultivos en comparación al patna
recién formado de un hijo casado. Tal diferencia es ilustrada en el siguiente
cuadro.
Cuadro 1. Densidades de cultivos
y policultivos en patna de grupos
domésticos pertenecientes a grupos localizados de parentesco de la comunidad
tsotsil de Chocó, Mitontic, Chiapas.
Patna del grupo doméstico
fundador del Grupo de parentesco de la Figura 3. |
Patna
de
grupo doméstico del hijo cuatro integrante del Grupo
de parentesco de la Figura 2. |
Policultivo de Milpa Bahol (maíz, frijol de tierra) |
Policultivo de Milpa Bahol (maíz, frijol de tierra) |
Policultivo Cafetal
semi diversificado: Café, árboles frutales (plátano, naranja, limón, guayaba,
plantas medicinales) |
Árboles Frutales:
guayaba, plátano |
Hortalizas (arveja,
chícharo, cebollín) |
Caña de azúcar |
Caña de azúcar |
|
Elaboración
propia con base en datos de trabajo en campo.
Otro componente de la práctica de acción colectiva que
el SIS del grupo doméstico opera en la región del patna, es el proceso
colectivo de socialización de conocimientos, que aquí se vincula con la
categoría analítica de comunicación de sentido. Esta categoría hace referencia
al uso de
esquemas interpretativos o de comprensión por los cuales los participantes se
explican lo que cada uno dice y hace, bajo un marco de saber mutuo compartido
por una comunidad (Giddens 2012, 158). Los procesos de socialización de
conocimientos se basan en los conceptos o esquemas cognitivos que soportan el mecanismo
colectivo de enseñanza-aprendizaje. Estos procesos son
intergeneracionales, permiten ir configurando una visión integral del
manejo biodiversificado del patna y el desarrollo
de los procesos de trabajo de los cultivos.
La raíz chan
del verbo chanel significa
aprender/enseñar.[xxiv]
Jchanub tas batik es una expresión
que significa “nos enseñamos/aprendemos nosotros mismos”. Estos conceptos o
esquemas interpretativos se emplean en los encuentros de enseñanza aprendizaje
en el patna de la casa tsotsil. Y
sugieren un aprendizaje-enseñanza mutuo y colectivo, en donde la información
tecnológica generada en los procesos de trabajo se intercambia, no se
transfiere o deposita en aquellos que no saben. Destaca aquí la agencia de las mujeres en
tales encuentros, de cierta forma condicionada por su permanencia en Na ante
la estancia de los hombres en otras sedes de trabajo como jornaleros,
albañiles, etc.
Los encuentros colectivos de enseñanza-aprendizaje se entrelazan
con aquellos que ocurren a intervalos precisos de los itinerarios de trabajo
vinculados al manejo cíclico de cultivos establecido en el patna, apuntalan así el “almacenamiento”
de una compleja información que descansa en la memoria de los miembros de los
grupos domésticos que integran a los grupos de parentesco que habitan la
comunidad indígena, teniendo como medio el habla en situaciones de copresencia
y un elevado nivel de disponibilidad de presencia.
Los encuentros colectivos de enseñanza-aprendizaje a la vez, atraviesan
transversalmente los escenarios donde ocurren las prácticas de uso cultural de
los bienes obtenidos del patna, en
donde las mujeres son protagonistas en el paulatino proceso de enseñanza. El
nexo entre la biodiversidad de tal espacio y el uso de los recursos obtenidos
atestigua la estrecha relación entre trabajo y usos, que abarca más allá del
alimentario. Así, los recursos bióticos “inventariados” mantienen una estrecha
vinculación con el uso cultural alimenticio, medicinal, ritual, y otros que
hace el grupo doméstico de ellos, y que en ocasiones incluye a miembros que no
pertenecen al grupo de parentesco. En dicha biodiversidad está la ascendencia
mesoamericana del policultivo que posibilita la obtención y uso de tal
pluralidad de bienes.
Los alimentos elaborados con base en maíz (Zea mays) y frijol (Phaseolus) obtenidos de la milpa son puestos a la mesa de manera
cotidiana, así como en convivios del Grupo de parentesco y celebraciones
comunitarias. Así, lo consta la diversidad de platillos hechos con base en el
grano de maíz (Ixim), desde la
tortilla, consumida cotidianamente, hasta los tamales para comidas especiales,
cuya elaboración implica el trabajo de varias mujeres del Grupo. Otros
alimentos derivados del maíz son los atoles, bebidas preparadas de diferentes
modos y de uso frecuente en celebraciones. Los frijoles son un alimento
esencial en la dieta diaria del grupo doméstico por lo que son un componente
básico del policultivo milpa. El frijol de mata (Phaseolus vulgaris) se produce en el patna, y en la parcela heredada (herencia patrilineal de la tierra)
se cultiva Ibes (Phaseolus coccineus), originario de las partes altas de
Mesoamérica, entre ellas, la región Los Altos de Chiapas (Martínez 1979). Otro
recurso obtenido son las innumerables verduras cuyo término genérico en tsotsil
es itaj (arveja,
chícharo, cebollín).
Entre los alimentos que provienen de árboles frutales,
y que forman parte del policultivo del café, se encuentra plátano (Musa paradisiaca), naranja (Citrus sinesis), limón (Citrus aurantifolia), guayaba (Psidium
guajaba). La caña de azúcar (Saccharum
oficinarum) se consume como “fruta”. Los alimentos se complementan con
productos que se obtienen a través de los ingresos en dinero de la venta del
café[xxv]
y/o del trabajo asalariado de los hombres realizado de manera temporal
(albañilería o jornalerismo); pastas para sopa, aceite, sal, azúcar son insumos
comunes en la cocina de los grupos domésticos. Aún con ello, la acción
colectiva en patna sustenta el
autoabasto alimentario de los grupos domésticos del grupo localizado de
parentesco y con ello de la comunidad indígena, resignificando así un aspecto
de su autonomía.
Conclusiones
El mantenimiento de la
biodiversidad en la comunidad indígena tsotsil alteña está vinculado a la
dinámica de reproducción social del grupo localizado de parentesco que se
expresa en el proceso de residencia patrilineal, el cual viene a configurar la
unidad de residencia, espacio social complejo organizado bajo propiedad
colectiva que alberga los espacios de vida de grupos domésticos que lo
integran, y a los que son intrínsecos espacios biodiversificados.
En la articulación
estructural del grupo doméstico al grupo de parentesco media una apropiación
del territorio manifiesta en la conformación de la casa tsotsil, denominada Na,
cuya organización territorial muestra que hogar y lugar de trabajo constituyen
usos del espacio o regiones contiguas. El lugar de trabajo refiere a un espacio
biodiversificado llamado patna, mientras que el uso del espacio dedicado
al hogar está constituido por el conjunto de la cocina y dormitorios
articulados por un patio. Las
territorialidades cotidianas del grupo doméstico al interior de la sede Na
se sustentan así en esta diferencia de actividades diarias. De esta
manera, el ordenamiento temporal y espacial de actividades en los usos del
espacio en cuestión se vincula con rutinas de encuentros de elevado nivel de
disponibilidad de presencia-copresencia, acrecentadas por las fronteras
permeables de estas regiones. Este tipo de encuentro es nombrado Tsobolon
kutik “juntos somos”, “juntos estamos”, y caracteriza a la práctica de
acción colectiva de esta unidad social que posibilita la compleja articulación
de procesos de trabajo inherentes a la biodiversidad establecida en patna.
La aproximación a la
práctica de acción colectiva en la región patna revela una articulación
de procesos de trabajo, cuya tecnología tiene como base el uso de conocimientos
y medios de producción representados en un acervo de recursos bióticos que son
resultado de largos procesos de domesticación. Tal densidad de información
tecnológica precisa de procesos colectivos de socialización de conocimientos
que operan en encuentros de enseñanza-aprendizaje, los cuales apuntalan el
“almacenamiento” de tan compleja información
que descansa en la memoria de los actores,
teniendo como medio el habla en situaciones de copresencia y un elevado nivel
de disponibilidad de presencia. Se
sostiene que la práctica de acción colectiva que mantiene la biodiversidad
tiene como soporte un andamiaje social operado por los pueblos indígenas que es
irrepetible en otros entornos sociales.
El nexo entre la
biodiversidad establecida en el patna de la casa tsotsil y los usos de
los bienes obtenidos atestigua la estrecha relación entre trabajo y usos
culturales, que comprenden además del alimenticio, el uso medicinal, ritual, y
otros. En dicha biodiversidad está la ascendencia mesoamericana de policultivos
que posibilita la obtención y uso de tal pluralidad de bienes.
El
tejido social indígena que produce y reproduce la biodiversidad
en la comunidad indígena alteña, sustentada en la acción colectiva, escala a
nivel de los territorios de los pueblos indígenas tsotsil y tseltal y los
posiciona como regiones bioculturales, y al conservar la biodiversidad en ellas
ampara su autobasto alimentario, resignificando así un aspecto más de la
autonomía de los territorios. La indagación de la acción colectiva es toral para comprender la
resiliencia de las comunidades indígenas ante situaciones de riesgo que implica
la modernidad, a la vez que la visibilidad del conjunto de elementos que la
sustenta simultáneamente vendrá a cuestionar y a ofrecer nuevos horizontes.
Bibliografía
Boege,
Eckart. 2008. El Patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México.
Hacia la conservación in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en los
territorios indígenas. México: Instituto Nacional de Antropología e
Historia, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Cervantes
Trejo, Edith. 2022. “Grupos localizados de parentesco y organización
del territorio en el sur de México”, Reproducción social
y parentesco en el área maya de México, ed. Erin Estrada Lugo,
Chetumal, Quintana Roo. México: El Colegio de la Frontera Sur. ISBN 9786078767496
------, Erin Estrada Lugo. 2018.
“Socialización de conocimientos de café orgánico en el contexto de espacios
colectivos de grupos localizados de parentesco tseltales, Tenejapa, Chiapas. Revista
de El Colegio de San Luis, 8(15): 47–75. https://doi.org/10.21696/rcsl8152018739
------, Erin Estrada Lugo y Eduardo
Bello Baltazar. 2017. “Prácticas de parentesco y configuración de espacios
colectivos de vida en el área tseltal cafetalera, Tenejapa, Chiapas”. Relaciones.
Estudios de historia y sociedad, 38(150): 218-315. http://dx.doi.org/10.24901/rehs.v38i150.304
------
2006.
“Niveles de organización territorial de San Juan Chamula”. Ordenamiento
Territorial Comunitario: un debate de la sociedad civil hacia la construcción
de políticas públicas. Comps. Anta, F., Arreola, A., González, M. y Acosta,
J. 151-168. México: Instituto Nacional de Ecología. ISBN. 9688177938
Collier,
George Allen. 1976. Planos de interacción del mundo tzotzil. Bases
ecológicas de la tradición en los Altos de Chiapas.
México: Instituto Nacional Indigenista, Secretaría de Educación Pública.
Coffey,
Amanda y Paul Atkinson. 2003. Encontrar el sentido a los datos cualitativos, Estrategias
complementarias de investigación. Colombia: Universidad de Antioquia.
Florescano,
Enrique. 1990. Reseña. América Indígena. L(1): 145-151.
Fortes, Meyer. 1971. “Introduction” in The
Developmental Cycle in Domestic Groups, ed. Jack Goody. 1-14.
Cambridge: The Cambridge University Press.
Fox,
Jonathan. 1999. “La dependencia mutua entre la
participación ciudadana y la responsabilidad institucional: lecciones
aprendidas a raíz de los Fondos Municipales Rurales de México”. Pensando en
voz alta. Innovadores estudios de caso sobre instrumentos participativos. ed.
Piester, K. 45-63. Lima: Banco Mundial.
George, Paul. 1985. La acción del hombre y el
medio geográfico. Colección Historia, Ciencia, Sociedad, No. 61. Barcelona:
Península.
Giddens,
Anthony. 20012. Las Nuevas reglas del método sociológico: crítica positiva
de las sociologías comprensivas. 2ª. ed. Trad. de Salomón Merener. Buenos
Aires: Amorrortu.
------
2011. La constitución de la sociedad: bases para la teoría de la
estructuración. 2ª. ed., Trad. de José Luis Etcheverry. Buenos Aires:
Amorrortu.
Giménez,
Gilberto. 2012 “El problema de la generalización en los estudios de caso”. Cultura
y Representaciones Sociales, Año 7, No.13, 40-62.México, D. F.: Instituto
de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de México.
Hunt, Eva. 1976. Kinship and territorial fission in
the Cuicatec Highlands, Essays on Mexican Kinship, ed. Nutini, H.,
Carrasco, P. y Taggart, J., 92-134. Pittsburgh: University of Pittsburgh Press.
INEGI.
2011. IX Censo General Población y Vivienda. México: Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática.
Jiménez
Salas, Oscar. 1984. Bosquejo geológico del área de San Cristóbal de Las
Casas. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Jiménez
Solares, Carlos. 2007. Acción colectiva y movimientos sociales. Nuevos enfoques
teóricos y metodológicos. XXVI Congreso de la Asociación Latinoamericana de
Sociología. Guadalajara: Asociación Latinoamericana de Sociología. http://www.aacademica.org/000-066/1599
MacLeod,
Murdock J. 1990. Historia Socio-Económica de la
América Central Española: 1520-1720. Guatemala: Piedrasanta.
Martínez,
Manuel. 1979. Catálogo de nombres vulgares y científicos de plantas
mexicanas. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Nutini, Hugo. 1976. “Introduction: The nature and
treatment of kinship in Mesoamerica”, Essays on Mexican Kinship, ed.
Nutini, H., Carrasco, P. y Taggart, J., 3-77. Pittsburgh: University of
Pittsburgh Press.
Osorio,
M. Carlos. 2002. “Enfoques sobre tecnología”, Revista Iberoamericana de
Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación, núm. 2: 7 http://www.oei.es/revistactsi/numero2/osorio.htm
Robichaux,
David. 2005. “Principios patrilineales en un sistema bilateral de parentesco:
residencia, herencia y sistema familiar
mesoamericano”, Familia y parentesco en México y Mesoamérica: unas miradas
antropológicas, comp. Robichaux, D., 167-272. México: Universidad
Iberoamericana.
------ 2002.
“El
sistema Familiar mesoamericano y sus consecuencias demográficas: un régimen
demográfico en el México Indígena”. Papeles de Población (32): 60-95.
Rojas
Rabiela, Teresa. 1988. Las siembras de ayer, la agricultura indígena del
siglo XVI. México: Secretaría de Educación Pública, Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Saquet, Marcos Aurelio. 2015. Por una geografía de las
territorialidades y de las temporalidades. Una concepción multidimensional
orientada a la cooperación y el desarrollo territorial. La Plata: Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. http://www.libros.fahce.unlp.edu.ar/index.php/libros/catalog/book/50
------, Pamela Cichoski. 2011. Concepções de geografia, espaço e território nos Anais do IV Seminário
Estadual de Estudos Territoriais e II Seminário Nacional sobre
Múltiplas territorialidades. Revista Geográfica de América
Central. Número Especial EGAL.
1-15. Costa Rica: Universidad de Costa Rica - Universidad Nacional, Costa Rica.
Villa Rojas, Alfonso. 1992. “Parentesco y
nahualismo en una comunidad tzeltal del sureste de México”. Antropología
Mesoamericana, comps. Esponda, V. M., Pincemin, S. y Rosas, M., 73-90.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas: Gobierno de Chiapas.
Vogt,
Evon Z. 1966. Los zinacantecos, un pueblo tzotzil de los altos de Chiapas. México:
Instituto Nacional Indigenista.
Notas
[i]
Término adoptado de Robichaux (2005, 168, 172).
[ii]
En el documento la referencia al grupo localizado de parentesco también aparece
como Grupo de parentesco y Grupo.
[iii]
Se usa el concepto de grupo doméstico para designar a la unidad social que habita una casa
del complejo habitacional que integra la unidad de residencia del Grupo
localizado de Parentesco. El grupo doméstico puede estar constituido por una familia
nuclear (padres e hijos) o extensa, y puede incluir otros miembros que no
tengan lazos de parentesco. (Cervantes, Estrada y Bello 2017, 288)
[iv]
Sedes no son
estaciones caracterizadas sólo por la suspensión de movilidad física de la
trayectoria de agentes. Sede es donde hacen intersección las actividades de
rutina de diferentes individuos (Giddens 2011, 151).
[v]
Este autor
señala que la acción colectiva inscrita en los movimientos sociales (obrero,
ecologista, feminista) es producto de la modernidad y que éstos surgen para
hacer frente a lo no estructurado ante las fallas en la integración del
sistema.
[vi]
México se
encuentra entre los 12 países megadiversos del mundo, los cuales albergan entre
60 y 70 de la biodiversidad del planeta (Boege 2008).
[vii]
MacLeod (1990, 45) los registra como
pueblos anteriores a la conformación de la América Central Española, junto con
los pueblos asentados en Los Cuchumatanes de Guatemala, macizo montañoso que
penetra en Chiapas en su extremo sur para formar el Alto Bloque Central.
[viii]
San Cristóbal de Las Casas
se ubica en una estructura de fondo horizontal formada por un hundimiento en
bloque del terreno a partir de fallas regionales denominada poljé. Estructura
característica del relieve cárstico de una parte de la región alteña, que es
producida por el predomino de procesos de erosión por disolución de un sustrato
calizo (Jiménez 1984, 27). El poljé Teopisca es otra de estas formas cársticas
que se encuentra en la región alteña, lugar de residencia de otro asentamiento
mestizo.
[ix]
En la dotación de escuelas, hospitales, agua potable,
drenaje, vivienda, etcétera, se da prioridad a las grandes concentraciones de
población, es decir a las ciudades en detrimento de las pequeñas localidades.
Como señala Fox (1999), se concede mayor valor al tamaño del asentamiento que a
la condición de pobreza absoluta de los habitantes de los municipios.
[x]
Las regiones bioculturales son los territorios de los pueblos indígenas que
muestran una correlación entre lengua originaria y biodiversidad, además tienen
niveles de organización social y cultural para garantizar el desarrollo in situ de un patrimonio biocultural. La
población indígena que ocupa espacialmente esos territorios es uno de los
criterios del núcleo duro que define dichas regiones, en el caso corresponde a
94 por ciento para la tseltal y 90 por ciento para la tsotsil (Boege 2008, 70,
139).
[xi]
Fortes (1971, 4-5) destaca el
aspecto dinámico del grupo
doméstico a través del concepto
de ciclo de desarrollo al considerar las siguientes fases: “…la
fase de expansión (…) que comienza con el matrimonio de dos personas hasta que
completan su familia de procreación (…), que corresponde al período durante el
cual los hijos son económica, afectiva y jurídicamente dependientes de los
padres. La fase de dispersión o fisión, comienza con
el matrimonio del hijo(a) mayor y concluye cuando se casa el último hijo(a)…la
fase de reemplazo que termina con la muerte de los padres y la sustitución, en
la estructura social, de esta familia por otra”.
[xii]
George (1985, 41) señala que la apropiación del territorio tiene como condición
indispensable “una organización del espacio y un sentido de propiedad […que implica] delimitación, lindes, separación
entre dos trozos de espacio […ya que] todo espacio social organizado está
lindado”
[xiii]
Saquet y
Cichoski (2011, 9) plantean que “El territorio es objetivado por las
relaciones sociales […] lo que implica la cristalización de territorialidades
en el espacio, a partir de diferentes actividades cotidianas”.
[xiv]
En Chenalhó,
municipio tsotsil aledaño a Mitontic, esta celebración se realiza con la
presencia de un pasaro (agente municipal de la comunidad que ya no está
en funciones) quien da fe de la entrega de los terrenos. (Comunicación personal
de Javier Pérez, Polhó, Chenalhó, 14 de diciembre 2021).
[xv]
La forma de
las fronteras que definen la región es un aspecto de la regionalización de
sedes que configura la disponibilidad de presencia en encuentros de actores, las
fronteras que separan regiones tienen marcadores físicos o simbólicos (Giddens
2011, 153,
155).
[xvi]
El nivel de disponibilidad de presencia en encuentros es
un aspecto del carácter de la regionalización de una sede y un agregado
esencial a la noción de copresencia. (Giddens 2011, 155)
[xvii]
En sociedades modernas hay una división tajante entre hogar y lugar de trabajo,
ya que son sedes distintas.
[xviii]
El grupo
doméstico además trabaja en la parcela de uso agrícola heredada
patrilinealmente, ubicada en el territorio parcelario del grupo de parentesco
que se localiza comúnmente en una comunidad distante a donde se ubica la unidad
de residencia. El cultivo predominante que ahí se establece es la milpa de
ciclo largo o Muctachomtic, diferente a la milpa de ciclo corto o
Bahol sembrada en patna. Quienes están a cargo de las labores de
cultivo en esa parcela son los varones (el padre e hijos mayores). El
territorio parcelario del grupo localizado de parentesco se encuentra formado
por parcelas contiguas que no están delimitadas por marcadores físicos, sus
fronteras permeables permiten una gran interacción intergeneracional en
determinadas épocas de labores de cultivo vinculadas con procesos de
socialización de conocimientos sobre los cultivos establecidos.
[xix]
Grupos, colectividades, etc., pueden y deben ser estudiados como sistemas de
interacción. Los sistemas reproducen
relaciones entre actores o colectividades, organizadas como prácticas
regulares. (Giddens 2011, 146)
[xx]
Las prácticas son formas constitutivas de interacción social, que pueden
disociarse en las categorías analíticas de poder, comunicación de sentido,
moralidad (Giddens 2012, 158, 163). La relación de moralidad en una interacción
que implica el empleo de normas (Giddens 2012, 137-138) y no se consideran en
esta investigación al ser parte del saber tácito que permanece inexpresado.
[xxi]
El poder representa la capacidad del agente de aportar recursos que se aplican
como medios en una interacción, es el “puede” que media entre intenciones o
necesidades y la realización concreta de los resultados buscados (Giddens 2012,
144, 145).
[xxii]
El ejemplo por excelencia de medio de producción y bien producido lo representa
el germoplasma regional de maíz y frijol, simiente y a la vez cultivo. El maíz
nativo –matriz de las diferentes variedades indígenas actuales- comprende 350
generaciones de selección y cultivo desde que se crearon los primeros linajes
indígenas (Boege 2008, 170).
[xxiii]
El acervo de la biodiversidad o los recursos bióticos en los territorios de los
pueblos indígenas evidencia que el desarrollo de la agricultura mesoamericana se da vía
mejoramiento biótico y agrícola y no instrumental (Rojas 1988, Boege 2008)
[xxiv]
En la lengua tseltal, sucede algo semejante con la raíz nop del verbo nopel,
empleada en los vocablos tanto por el que enseña como por el que aprende
(Cervantes Trejo y Estrada 2018, 59).
[xxv]
Los ingresos en dinero del café tienen como destino principal cubrir gastos
emergentes y otras necesidades del grupo doméstico, como la compra de ropa y
enseres para la casa.