Eutopia. Revista de Desarrollo Económico Territorial N.° 21, junio 2022, pp. 100-123
ISSN 13905708/e-ISSN 26028239
DOI: 10.17141/eutopia.21.2022.5435
Nopal/tuna,
mercado y territorio en México: un enfoque de capacidades
Prickly pear cactus, market and territory in Mexico:
a capabilities approach
Edgar
Ivan Roldan Cruz. CONACYT - México, rcruze@gmail.com, https://orcid.org/0000-0001-6811-7967
Hugo
Chavarría Miranda. Gerente Programa de Bioeconomía y
Desarrollo Productivo - IICA Sede Costa Rica, hugo.chavarria@iica.int
Recibido: 31/03/2022 - Aceptado: 20/05/2022
Publicado: 30/06/2022
Resumen
Se intenta
esbozar la vigente realidad del mercado de nopal fruta y nopal verdura en
México, pero más aún visibilizar ciertas capacidades ya existentes en los
territorios productores del país. Así pues, a partir de ciertos herramientas
metodológicas (conglomerado jerárquico, análisis de correspondencia y método coremático), y con el apoyo interpretativo del enfoque de
capacidades, es factible aseverar cierto trazo dominante sobre cada cadena de
suministro del nopal (Patrón Solar) y tuna (Patrón Dendrítico), ancladas por
diferenciados segmentos de consumo (nopal) y demanda homogénea especializada
(tuna). Pero más aún, al visibilizar las dualidades agrícolas/rurales de las principales
capacidades ponderadas, se evidencia ciertos destellos dominantes que intentan
revertir la aún escasa penetración agroindustrial que hoy subyuga en mayor
medida en los territorios con presencia de producción de tuna y poco distante a
los espacios del nopal. Quizás es posible propiciar cierto efector
multiplicador al profundizar la incidencia de las restantes capacidades en
busca de un enfoque integral agroalimentario. Se concluye que, México pese a
ser el origen y dispersión de la planta, ésta no es equiparable ni por la
limitada diversidad agroindustrial en la que sobrevive ni mucho menos por los
tradicionales criterios que aún definen la calidad en el mercado.
Palabras clave: Cadena agroalimentaria, Nopal, Territorio,
Enfoque de capacidades
Abstract
An attempt is made to outline the current reality of the nopal fruit and
nopal vegetable market in Mexico, but even more so to make visible certain
capacities that already exist in the producing territories of the country.
Thus, based on certain methodological tools (hierarchical clustering,
correspondence analysis and chorematic method) and
with the interpretative support of the capabilities approach, it is feasible to
assert a certain dominant trait on each supply chain of the prickly pear (Patrón Solar) and prickly pear ( Dendritic pattern),
anchored by differentiated consumption segments (nopal) and specialized
homogeneous demand (prickly pear). But even more, when making visible the
agricultural/rural dualities of the main weighted capacities, certain dominant
flashes are evident that try to reverse the still scarce agro-industrial
penetration that today subjugates to a greater extent in the territories with
the presence of prickly pear production and not far from the nopal spaces. Perhaps
it is possible to promote a certain multiplier effect by deepening the
incidence of the remaining capacities in search of a comprehensive agri-food
approach. It is concluded that Mexico, despite being the origin and dispersion
of the plant, is not comparable neither due to the limited agro-industrial
diversity in which it survives, much less due to the traditional criteria that
still define quality in the market.
Key words: Agri-food chain, territory,
capabilities approach
Introducción
Por una serie de
publicaciones tanto científicas (Nobel 2002) como de
redes/organismos internacionales (Inglese et al. 2018), y de los propios
colectivos de productores (Portillo 2020), ha resurgido por sus características
únicas, la viabilidad
del nopal por al menos cinco coyunturas socioambientales de nuestro tiempo;
cuyo nombre científico es Opuntia spp., clasificación
propuesta por la Germplasm Resources
Information Network (GRIN 2005).
Primera coyuntura: es alimento de último recurso ya que la forma
especializada de fotosíntesis, Metabolismo del Ácido Crasuláceo (CAM), le
permite a la planta sobrevivir e incluso crecer en condiciones desérticas,
incorporando tierras no aptas para la agricultura (Jacobsen,
Sorensen, Marcus, y Weiner 2015). Segunda
coyuntura: es parte integral de los sistemas agrícolas y ganaderos sostenibles,
cuyo recurso genético es de interés para regiones ecológicas muy diversas, que
por sus características fisiológicas puede cultivarse a bajo costo y con
recursos hídricos limitados (Andrade, Cordova, Garcia y Kawas 2011)
Tercera
coyuntura: es aliado inevitable de adaptación y resiliencia climática, ya que
consume dióxido de carbono por la noche (en menor medida en el día) en grandes
cantidades, pues separan temporalmente la fijación de carbono y el ciclo de
Calvin (Nobel y Bobich 2002). Cuarta coyuntura: incide en la protección de
suelos, por las crecientes amenazas de sequias, tiene potencial para funcionar
en duras condiciones ambientales y estrategia ecológica de adaptación a la
aridez (Beccaro et al. 2015). Quinta y última
coyuntura: resulta una alternativa económica y técnicamente viable para el
productor ya que los patrones cambiantes de la oferta y la demanda hacen que
los picos de los precios de los alimentos básicos sean más probables en el
futuro (Piesse y Thirtle,
2009) (Gallegos, Cervantes y Méndez 2002).
En México
(origen y dispersión de la planta) se contabilizan al menos 100 de las 300
especies reconocidas en el mundo, aunque más menos 50 se comercializan para
consumo diverso (Gibson y Nobel 1986). Según la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en ingles),
relativamente nuestro país aún domina la producción/consumo mundial de nopal
verdura, en menor medida nopal fruta, pues ya existen registros de cosecha en
país de América (Estados Unidos, Perú y Chile), Europa (España e Italia),
África (Marruecos, Etiopia, Argelia, Túnez, Sudáfrica, India y Egipto) y Asía
(Japón, Taiwán y Corea) (FAOSTAT 2020).
Específicamente,
sobre el territorio mexicano se identifican 23 variedades comestibles de nopal
fruta (agrupadas en blancas, púrpuras, rojas, anaranjadas y amarillas), aunque
las cerca de 45 mil hectáreas cosechadas al parecer se agrupan en una sola
variedad (quinta fruta con mayor consumo en el país), y peor aún, apenas el dos
por ciento logra exportarse: más menos a Estados Unidos cerca del 40 por
ciento, y el porcentaje restante a Europa (Bélgica, España, Alemania y Holanda)
(Gallegos y Méndez 2000) (SIAP 2000). Mientras que para el nopal verdura (la
onceava hortaliza más preciada del país) se contabilizan menos de 20 variedades
comestibles organizadas por el manejo de las gloquideas
tanto en la cosecha y postcosecha (Flores, Luna y Ramírez 1995) (Flores 2004),
empero, de las 13 mil hectáreas recolectadas no queda claro a qué variedad
obedece (según el registro en la contabilidad de la política púbica agrícola);
apenas se llega a exportar menos del siete por ciento: principal destino
Estados Unidos, aunque ya existe esporádica presencia en Europa y Asía (Flores
y Reveles 2010) (FIRA 2011). Frente a tal escenario que
vive México, el
presente texto pretende esbozar la
vigente realidad de la distribución del mercado de nopal fruta y nopal verdura
(plantaciones comerciales domesticadas), pero más aún se
intenta visibilizar ciertas
capacidades ya existentes en los disimiles territorios productores (tantos factores
de coinversión personal,
social y ambiental).
Dentro de la
literatura especializa, existen al menos 14 métodos diferentes para la
selección de capacidades/variables sensibles a la región geográfica, la
historia social y los valores culturales, por lo que para fines del objetivo
fue necesario auxiliare con el método mixto, el cual combina el método
fundamental (selecciona las capacidades de acuerdo con algún valor o principio
normativo último) con el método procedimental (emplea el ejercicio empírico o
deliberativo para determinar capacidades relevantes) (Robeyns
2005) (Byskov 2017) (Anand y Sen 2000) (Kuklys 2005) (Sen 2006). Más aún, también la elección de
capacidades/variables obedece a la disponibilidad de la información proveniente
del Diagnóstico del Sector Rural y Pesquero (la Línea de Base 2008 de los
programas de la política pública agropecuaria del país), ya que, por una parte,
en su mayoría la muestra de 27 mil observaciones (cuya expansión llegas hasta
los 5 millones) registra cobertura en los territorios productores de nopal
fruta y nopal verdura en México, lo que significa que la información cubre las
realidades de los sujetos/observaciones que interactúan sobre la cadena
agroalimentaria a lo que es probable que afecten las oscilaciones del mercado
de hortalizas y de frutas. En segundo lugar, y lo que es más importante, el uso
de la base muestra permite identificar las posibles capacidades que interactúan
en el territorio, en la cadena agroalimentaria (emprendimientos) y con los
sujetos.
Así pues, aparte de su carácter flexible y polivalente, el enfoque de
capacidades es un marco idóneo para caracterizar la cadena agroalimentaria
nopal fruta y nopal verdura, pues en esencia, tal enfoque no hace más que
proponer que los arreglos sociales se evalúen en el espacio de las capacidades;
es decir, permite flexibilidad en su interpretación y uso, y al hacerlo,
proporciona cierta forma de replantear muchos de los problemas que vive la
cadena agroalimentaria. Quizás
los representantes teóricos más ubicados dentro del enfoque de capacidades son:
Sen (2000, 2013, 2017) y Nussbaum (2016, 2014); aunque en la últimas dos
décadas han surgido nuevos aportes complementarios, desde estudios del
desarrollo, las ciencias sociales y la filosofía, por mencionar algunos: Alkire (2016), Clark (2005), Robeyns
(2016), Stewart (2006) y Fukuda-Parr (2003).
Metodología
En los diferentes ejercicios metodológicos utilizados, hay una serie de
cuestiones prácticas que se resolvieron con la finalidad de cumplir el objetivo
planteado en el texto. En el primer apartado, al ejecutar el llamado
procedimiento/conglomerado jerárquico, los resultados desdibujaron ciertas
condiciones que permiten explicar la vigente realidad que vive la lógica de
suministro del nopal fruta y nopal verdura. Para realizar tal procedimiento se
ingresaron en el Statistical
Package for the Social Sciences (SPPS), las
variables ordenadas por el número de localidad, resultando cierta matriz
simétrica o fichero rectangular. Posteriormente, fue
elegida la medida de similitud de los objetos: distancia euclídea, ya que las
métricas de tales variables son de escala original/común (Hair
y Anderson 2008).
El método de encadenamiento elegido fue el llamado
“vecino más lejano”, el cual calcula la distancia entre dos clúster, como la
distancia entre sus dos puntos más distantes. En la unión de fila y columna, se
imprime un árbol mejor llamado dendrograma, principal
insumo que facilitó la visualización de la realidad que vive la lógica
productiva. Más aún, dado que los conglomerados se forman por la unión de los
ya existentes (localidad/entidad destino), es posible rastrear hasta el origen
de la simple observación para cualquier miembro de un conglomerado (Hair y Handerson 2008). Las
variables primarias utilizadas en este apartado fueron cinco: origen/destino,
presentación de venta, precio promedio frecuente, presencia días/meses en el
mercado, y nivel de acceso a los disimiles centros mayoristas. Éstas fueron
obtenidas del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados
(SNIIM), el cual sistematiza (a casi diario) los movimientos de abasto
mayorista, en donde los nopales y tunas aún se comercializan, y además en
algunos casos cumple con la función de formación de precios; todo ello validado
por la Secretaría de Economía del Gobierno de México.
Las tres variables secundarias fueron: precios a pie
de huerta, producción disponible efectiva e ingreso per cápita anual del
territorio destino. Las dos primeras (que son vinculadas al primer eslabón de
la cadena productiva) fueron obtenidas del Servicio de Información Agroalimentaria
y Pesquera (SIAP), portal digital que reporta anualmente a nivel estatal,
municipal y nacional, las características básicas de la frontera agrícola del
país. Finalmente, la última variable secundaria a utilizar (per cápita anual
del territorio destino) proviene del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD).
La fundamentación geográfica utilizada en este
apartado, fue auxiliada por el método coremático. Su
mayor propagación en el mundo académico se da gracias a la publicación de la
obra Le déchiffrement du monde: théorie
et pratique de la geographie
de Théry, publicado en 2004. Este método favorece el
registro de relaciones espaciales, incluyendo principios de teoría general de
sistemas, estructuralismo, cartografía en sí y semiología gráfica (Menegatto 2012). Así pues, con los resultados obtenidos del
llamado procedimiento/conglomerado, y ponderando la semiología polisémica del
espacio propuesta por Brunet (2001), el resultado del análisis geográfico que
se obtuvo (el cual espera incentivar muchos más esfuerzos) representa de forma
textual y gráfica (lógica no euclidiana) la vigente realidad mexicana en la
distribución del nopal y la tuna.
En el segundo y último apartado, al utilizar el
análisis de correspondencia se intenta visibilizar las capacidades ya presentes
en los disimiles territorios productores de nopal y tuna del país. Este
análisis permite tanto la interpretación de proximidad entre Unidades Económico
Rural (UER) en términos de semejanza; proximidad entre las vigentes capacidades
existentes en términos de asociación; y proximidad entre modalidades de una
misma capacidad vigente en términos de semejanza (Levy y Varela 2008). En el Statistical Package for the Social Sciences (SPPS), se construyeron cuatro tablas de contingencia
(dos para el nopal verdura y el resto para nopal fruta), en donde las filas son
las variables/capacidades vigentes de los territorios y las columnas son los
seis estratos de la UER. Ésta última es definida como
aquella unidad de producción del sector agropecuario y pesquero, estratificada
a partir del valor de sus ventas (SAGARPA y FA0 2012).
En promedio se obtuvieron cerca
de 30 mil asociaciones entre la UER y las vigentes capacidades, respectivamente.
El valor del estadístico chi-cuadrado del nopal
verdura y nopal fruta, así como su significancia, permitieron
rechazar la hipótesis nula de independencia entre las dos variables;
además los dos primeros factores explican cerca entre
el 80 y 90 por ciento del total de la inercia de la nube (Levy y Varela
2008). Las variables/capacidades utilizadas, fueron agrupadas en tres factores
de conversión: 1) personal: género, acceso a la información, conocimiento en
transformación y/o procesos de productos; 2) social: certificación primaria,
acceso a créditos de actividades en el medio rural y apoyo de programas
agrícolas; y 3) ambiental: principal actividad del territorio, actividades
rurales no agropecuarias y el tipo de propiedad de la tierra. Tal información
proviene del Diagnóstico del Sector Rural y Pesquero (la Línea de Base 2008 de
los programas de la política pública agropecuaria del país), el cual hasta hoy
sigue siendo el principal diagnóstico a nivel localidad en el país; resultando
para fines del presente una muestra efectiva de 4 mil 357 (nopal verdura) y 3
mil 49 (nopal-verdura) sujetos/ observaciones.
Resultados
1.Nopal/tuna y mercado
El llamado Sistema Nacional de Información e
Integración de Mercados (SNIIM), contabiliza el flujo comercial del nopal
verdura (fresco con espinas con vida de anaquel de siete días) en un par de
grupos sin registro de algún criterio de variedad y/o taxonomía (ésta última
entendida como principios, métodos y fines de clasificación). Nopal de primera,
el cual se describe como cladodio tierno/tallo joven, verde brillante, de 10 a
15 centímetros de longitud, 5 a 7 centímetros de anchura, hasta 0.5 centímetros
de grosor y peso más/menos 40-50 gramos. Y el segundo grupo, nopal grande:
visualizado como cladodio semi adulto, verde brillante, 20 centímetros de
anchura, grosor de 0.7 centímetros y más menos de 15 a 25 centímetros de
altura, peso promedio cercano a los 100 gramos.
Para el primer
grupo de nopal, caracterizado por cierto consumo segmentado, su distribución en
los últimos 20 años a través de los Centros Comerciales
Mayoristas (CCM) se ha incrementado al doble (de 9 a 17), lo que influye de
cinco a siete meses presencia en el mercado (actualmente 102 días efectivos al
año). Más menos representa 250 kilómetros de recorrido entre origen-destino,
aunque registra cierta disminución del precio promedio frecuente de venta;
difiere por las disimiles presentaciones, la de mayor movimiento: kilogramo y
caja de 20 kilogramos. Respecto al segundo grupo, con cierta tendencia a
consumo masificado, la comercialización se mantiene cuasi constante, ya que en
las últimas dos décadas transitó de 22 a 26 CCM (más de 114 kilómetros entre
proveedor y receptor), presencia promedio de nueves meses en el mercado (140
días ciertos al día de hoy), aunque el precio frecuente se acrecentó en cerca de
50 pesos corrientes moneda nacional; al igual eterniza por las diferentes
presentaciones, de forma monótona: kilogramo y ciento (Ver Cuadro 1).
Cuadro
1. Nopal de primera y nopal grande, 2000-2020
Fuente: SNIIM (2021).
Hoy en día, la
frontera nopalera de Morelos, entidad de mayor extensión de hectáreas
cosechadas aunque con el más bajo precio que se paga a pie de huerta, le
permite satisfacer a los dos principales CCM de la propia entidad (más menos
232 días nopal de primera): Cuautla y Cuernavaca.; e inclusive proveer tanto
con nopal de primera (63 días) y nopal grande (127 días) a la importante
capital del norte del país: San Pedro Garza, Nuevo León, cuya entidad registra
el principal ingreso per cápita anual del país, llega a reconocer los 10 mil
dólares. Similar comportamiento registra la lógica nopalera de la Ciudad de
México, la segunda mayor extensión de hectáreas cosechadas en el país, pero con
la salvedad que suministra su entorno con nopal grande (Iztapalapa; así también
a sus vecinos próximos: Toluca, Ecatepec y Pachuca), y a la vez interviene
tanto con nopal de primera (abastecimiento 230 días efectivos) y nopal grande
(suministro 360 días promedio) a cinco CCM de vital jerarquía para el este y
sureste del país: Villahermosa, Chetumal, Xalapa, Mérida y Oxkutzcab (entes
turísticos internacionales del país cuyo per cápita anual oscila entre 9 mil
400 y 9 mil 700 dólares). Es de mencionar, que toda la distribución en su
mayoría es con presentación de kilogramo y ciento. Más aún, la extensión
nopalera de la capital política/económica del país, incide en Campeche (nopal
de primera) y en Villahermosa (nopal grande), aunque con el diferencial en su
distribución; para el primero con caja de 20 kilogramos (192 días de presencia
en el mercado) y para el segundo, caja de 35 kg (184 días efectivos) (Ver
Gráfico 1).
Gráfico 1. Dendrograma nopal
verdura 2020
Fuente: SNIIM (2021).
En contraste San
Luis Potosí (194 días efectivos de nopal de primera), Aguascalientes (78 y 181
días de nopal grande y nopal de primera, recíprocamente) y Baja California (300
y 25 días de nopal grande y de primera respectivamente) se distinguen tanto por
satisfacer sus propios mercados (San Luis Potosí, Aguascalientes, Tijuana y La
Paz), como por contabilizar la menor frontera nopalera del país (entre 275 y
385 hectáreas), pero además por ponderar los precios frecuentes muy por debo
del promedio, en la mayoría de los casos con presentación de caja de 20 y 25
kilogramos. Idéntico comportamiento registra la frontera nopalera de Puebla,
tanto en la cosecha como en el precio rural medio, aunque con la excusa que
suministra a su propio mercado (Puebla, con nopal grande) e incurre en ciertos
puertos históricos del país: Minatitlán-Veracruz (nopal grande) y Acapulco
(nopal de primera); así también provee a cierta ciudad de vital importancia
para el norte del país: Torreón, con presentación de 25 kilogramos con precio
frecuente cercano a 200 pesos (Ver Gráfico 1).
Finalmente, Nayarit (nopal de primera y grande), Jalisco (nopal de
primera y grande), Zacatecas (nopal de primera), Guanajuato (nopal grande),
Nuevo León (nopal de primera) y Morelia (nopal grande), se distan por ser entidades con mayor presencia de días
en la distribución de nopal verdura en el mercado (en demasía caja de 15, 18,20
y 22 kilogramos), relativa extensión de frontera nopalera cercana al promedio
(367 a 735 hectáreas), y por contabilizar los principales precios de venta a
pie de parcela: entre 5 y 8 mil pesos mexicanos. La incidencia de éstas seis
entidades se limita tanto a sus propios mercados (Tepic, Guadalajara, León y
Morelia, con nopal grande) como también a ciertas ciudades representativas de
la franja del Oeste, Noroeste y Norte del país (Hermosillo, Durango, Reynosa,
Chihuahua y Tijuana), en la mayoría de los casos con suministro de nopal de primera
(Ver Gráfico 1).
En suma, es posible aseverar al menos tres condicionantes visibles que
hoy distinguen la lógica de distribución del nopal verdura (en donde parece
que, 90 de cada 100 hectáreas cosechadas
logran distribuirse a través de los CCM),
las cuales quizás permitan determinar casi todo el año presencia en el mercado,
aunque con cierto diferencial de consumo, criterios de calidad limitados a
pesaje y altura, así como nulos reconocimientos de variedades existentes.
Primera condición: amplia frontera nopalera, menor precio a pie de huerta,
mercado selecto y presentación minorista. Segunda condición: menor extensión
nopalera, precio rural medio muy por debo del promedio y abastecimiento a
mercados locales propios. Tercera condición: extensión nopalera cercana al
promedio nacional, principales precios a pie de parcela, provisión tanto a
propios mercados locales como a vitales ciudades del norte del país. Así pues, por el significado espacial de lo lógica
distributiva, se ratica el dominio de mercado de contadas entidades del centro
del país (de nopal verdura) en el preciado eje de Sur, Sureste y Este
(dominante la presentación minorista). Mientras que ciertos entes del
Occidente-Bajío suministran a los principales nodos industriales del Oeste,
Noroeste y Norte, imperiosa la exposición mayorista. Para ambos dominios
especiales, parece que se desdibuja cierto Patrón Solar de distribución,
el cual se entiende como aquel que localiza varios centros agrícolas/primarios
de producción articulados a un solo mercado central sin la intermediación de
ningún otro mercado regional (Rello y Sodi 1989) (Ver Gráfico
2).
Gráfico 2. Corema - Patrones de
distribución de nopal verdura, México
Fuente: elaboración propia, adaptado a la versión de
Brunet (2001) y Girardi (2008).
Respecto a la lógica que opera sobre el nopal fruta
(Opuntia amyclaea T., más conocida como tuna),
ésta se anota por la contabilidad mercantil del país (SNIIM) por un par de
juicios cuasi similares. Tuna de primera: pieza redonda de 5 a 10 centímetros
de largo, color verde limón, de 160 a 200 gramos peso promedio, cascara delgada
y resistente. Y la segunda, tuna blanca de primera (mismos criterios que el
anterior) pero aquí si se especifica la variedad, con nombre taxonómico Opuntia
albicarpa Scheinvar.
Así pues, en los últimos 20 años la comercialización del primer juicio (a
través de los CCM) ha disminuido al doble (de 16 a 7), aunque representa
perdida efectiva de siete días en el mercado (kilo y caja de 25-28 kilogramos,
las presentaciones con mayor aceptación en el mercado), pero paradójicamente
incrementó tanto del precio promedio frecuente (más menos 98 pesos corrientes,
moneda nacional), así como el kilometraje origen-destino (509). En el segundo
juicio de fruta, se acrecentó en cerca de 67 días su presencia en el mercado,
los canales se han mantenido cuasi constante (de 9 a 7) así mismo el precio corriente
(más menos 71 pesos, moneda nacional), aunque cerca de 4 veces disminuyó la
brecha entre origen-destino; caja de 18 y 25 kilogramos y kilogramo, son las
presentaciones de mayor uso en el mercadeo (Ver Cuadro 2).
En la actualidad, la frontera de nopal fruta del
Estado de México, con 16 mil hectáreas disponibles y
menor costo pagado a pie de huerta, domina al menos 9 CCM estratégicos del
país, tales territorios se caracterizan por cuantificar ingresos per cápita
cercanos a los 10 mil dólares anuales. Es decir, controla siete con la
distribución de la llamada tuna de primera (más menos 60 días de mercadeo), la
cual suma cerca de 7 mil kilómetros de recorrido (San Nicolas de la Garza,
Cuautla, Cuernavaca, Guadalajara, Torreón y Tijuana). Mientras que el resto
(dos) con la tuna blanca de primera (Iztapalapa y Morelia), presencia promedio
de 279 días, y el frecuente precio es quizás sintomático con la mayorista
presentación: 170 pesos corrientes moneda nacional; las exposiciones recorren
entre caja de 12 y 28 kilogramos. A la anterior lógica tunera se suma la
extensión agrícola de Zacatecas (tanto por las hectáreas, precio rural medio y
precio promedio dominante), aunque con la salvedad que comercializa solamente
tuna blanca de primera al principal corazón del Bajío (Aguascalientes).
Cuadro 2. Tuna de primera
y tuna blanca de primera, 2000-2020
Fuente: SNIIM (2021).
En contraste al anterior escenario, la extensión
tunera de Nayarit (es de preocupación el nulo reconocimiento en la contabilidad
agrícola del país) suministra con tuna blanca de primera a sus dos principales
mercados (Tepic y Nayarabastos), promedio de 165 días
y presentación en kilogramo. Finalmente, y de forma aislada, la lógica tunera
de Hidalgo y Puebla (ambas con tuna blanca de primera), se caracterizan por
cuantificar 3 y 5 veces menos de frontera (respectivamente) con respecto a la
principal entidad productora del país (Estado de México), aunque reconoce los mejores precios pagados a pie de huerta (casi el doble
del principal), los cuales se comercializan en su
proximidad cercana (Toluca y Malibrán), con presencia más menos de 60 días en
el mercado, con presentación de caja de 18 y caja de 20 kilogramos (Ver
Gráfico 3).
Gráfico 3. Dendograma nopal fruta, 2020
Fuente: SNIIM (2021).
En síntesis, por la naturaleza propia de la tuna, su
comercialización se limita en promedio a cinco meses en el mercado (maduración
temprana en mayo, intermedia en agosto y tardía en noviembre), mantenido los
tradicionales criterios de calidad; empero, aquí sí se realiza el único
esfuerzo por identificar una variedad. Además, se asemejan dos condiciones que
definen la funcionalidad de la lógica de mercado de nopal fruta, en donde
quizás el 83 por ciento de las hectáreas cosechadas parece que logran
distribuirse a través de los CCM. Primera condición: amplia frontera tunera,
menor precio rural medio, control casi total del mercado y presentación/costos
mayoristas. Segunda condición: minúscula extensión tunera, mejores precios
pagados a pie de huerta, comercialización en su próxima realidad, misma
temporalidad y presentación que la entidad productora dominante (Ver Corema 2).
Así pues, en
términos territoriales, se confirma el control de mercado de la extensión
tunera mexiquense, pues con presentación mayorista abastece al menos 10 de los
16 CCM (principales capitales del Bajío, Noroeste y Norte del país). A
diferencia de tal lógica nopal verdura, aquí el sistema de abasto espacial
encaja en la definición del Patrón Dendrítico, es
decir, comercio
a larga distancia que conecta a la gran urbe con diversidad de zonas de
producción a través de un único mercado regional que centraliza el producto
agropecuario (Rello y Sodi 1989) (Ver Gráfico 4).
Gráfico 4: Corema - Patrones de
distribución de nopal fruta, México
Fuente: elaboración propia, adaptado a la versión de
Brunet (2001) y Girardi (2008).
Resta decir que,
las asimetrías
que se vive en el nopal y la tuna, expresan la ya conocida desigual
distribución del ingreso/gastos que se vive en nuestro país. El Banco Mundial
ha señalado que el gasto en la agricultura mexicana es tan regresivo que anula
aproximadamente la mitad del efecto redistributivo del gasto en desarrollo
rural, porque más de la mitad se concentra en el decil más rico (Fox y Haight 2010). Es decir, el que 90 de cada 100 hectáreas
cosechadas (más menos siete días de vida de anaquel) logren quizás distribuirse
a través de los CCM, pero que representa menos del 50 por ciento de las
entidades federativas productoras, desdibuja por una parte la posible capacidad
de almacenamiento (ésta y el procesamiento, en una de las
principales fuentes para abastecer productos hortofrutícolas al centro del
país); el potencial disponibilidad de flota vehicular de transporte refrigerado
(éste representa apenas el 7 por ciento del total en nuestro país); y quizás el
alcance de la infraestructura carretera (tal criterio se encuentra muy por
debajo de los estándares internacionales, lo cual se traduce en incrementos de
costos y disminución en la calidad de los productos perecederos) (SAGARPA
2010).
2. Los territorios y las
capacidades
A
partir de la evidencia expuesta en el anterior apartado
(territorios productores e incidencia en los centros mayoristas), pero más aun ponderando la disponibilidad de la
información proveniente del Diagnóstico del Sector Rural
y Pesquero (Línea de Base 2008 de los programas de la política pública
agropecuaria del país), resulta una muestra efectiva de 4 mil 357 sujetos/observaciones
que transitan sobre la lógica del nopal verdura, y 3 mil 49 sobre sobre el
nopal fruta (Ver Cuadro 3). Tal recurso de información, permite visibilizar las
capacidades vigentes en los territorios productores, pero más aún la propuesta de jerarquizar
en seis estratos a la Unidad Económica Rural (UER), evidencia aquellas personas físicas o morales que, de
manera individual o colectiva, se dedican a actividades agrícolas, pecuarias,
pesqueras, acuícolas, agroindustriales y del sector rural en su conjunto
(SAGARPA y FA0 2012).
De las 13 entidades que distribuyen el nopal verdura, a través de los
Centros Comerciales Mayoristas (CCM) del país (que suman 111 municipios, 2 mil
531 sujetos/observaciones base), y de los restantes 12 entes productores, pero
sin presencia de comercialización mayorista (que simbolizan 63 municipios,
cerca de 2 mil sujetos/ observaciones base); es posible afirmar que la
certidumbre por obtener algún tipo crédito a actividades en el medio rural
(entre 41.50 y 51 por ciento de la inercia), y qué la agricultura dejo de ser
la principal actividad productiva (entre 34.80 y 38.80 por ciento de la
inercia), son los únicos dos factores/capacidades que mayor explican a la cadena agroalimentaria
nopal verdura (Ver Cuadro 4). Aseveración derivada de los resultados del primer
y segundo eje factorial inmersos en el análisis de correspondencia,
respectivamente (Ver Cuadro 4). Más aun, ambos factores/capacidades
mencionados, influyen en la funcionalidad de las dos principales UER dominantes
sobre el nopal verdura(respectivamente): empresario
pujante (E5, entre 50 y 59 por ciento de la inercia) y la unidad familiar de subsistencia sin vinculación
al mercado (E1, entre 37 y 57 por ciento de la inercia) (Ver Gráfico 5).
Cuadro 3. Entidades productoras y unidades rurales
Fuente: SAGARPA y FA0 (2012) y SIAP (2021).
Cuadro 4. Descriptores del análisis de correspondencia
Opuntia Spp.
Fuente: SAGARPA y FA0 (2012).
Respecto al nopal fruta, de las cinco entidades que comercializan la tuna a través de los CCM del país
(que equivalen a 63 municipios, 1,089 sujetos/observaciones base), y de las restantes 11 entidades productoras, pero sin
presencia de comercialización a gran escala (que simbolizan 11 municipios,
1,240 sujetos/observaciones base), es factible aseverar al menos cuatro
factores/ capacidades que mejor explican a la cadena
agroalimentaria (conjetura procedente a partir de los resultados del primer y
segundo eje factorial del propio análisis de correspondencia, aunque con
diferencias en ambos grupos): 1)sin crédito de actividades en el medio rural
(27 por ciento de la inercia); 2) la agricultura no es la principal actividad
(45 por ciento de la inercia); 3) acceso a algún tipo de información sobre el
sector agroalimentario (37.6 por ciento de la inercia); 4) la actividad
principal no es la agricultura (15 por ciento de la inercia) (Ver Cuadro 4).
Tales factores/capacidades permiten determinar la funcionalidad de las dos
principales UER dominantes sobre la lógica productiva del nopal fruta
(respectivamente): familiar de subsistencia sin vinculación al mercado (E1,
entre 46 y 64 por ciento de la inercia) y familiar de subsistencia con
vinculación al mercado (E2, entre 38 y 53 por ciento de la inercia) (Ver
Gráfico 6).
Gráfico 5. Análisis de correspondencia nopal verdura
Fuente: SAGARPA y FA0 (2012) y SNIIM (2021).
Gráfico 6. Análisis de correspondencia nopal fruta.
Fuente: SAGARPA y FA0 (2012) y SNIIM (2021).
En síntesis, es posible afirmar que, los factores/capacidades que mayor se ponderan sobre la cadena
agroalimentaria nopal verdura y nopal fruta, reflejan tres dualidades
agrícolas/rurales que merecen detallarse. No sin antes confirmar el papel
central de las dos primeras UER (E1 y E2), pues es ahí donde se localiza la
mayoría de los productores de la cadena agroalimentaria nopal fruta y nopal
verdura, evidenciando las ya conocidas asimetrías del sector rural mexicano
(por ejemplo, la limitada posibilidad de superar ciertos rezagos sociales).
Primera dualidad: la presencia y/o ausencia de servicios
financieros evidencian por una parte el llamado riesgo, pues la alta
posibilidad de no recuperar los montos que se otorguen como crédito
(instrumento que provee los recursos necesarios, cuando el productor carece de
capitalización); y en contraste la otra es la oportunidad de mejora, al existir
una demanda insatisfecha de crédito rural atendida por prestamistas locales (Florenta y Plötz, 2008; Núñez,
2009).
Sin duda, la
restricción de crédito suele definirse como uno de
los factores que inhiben en el desarrollo de los territorios (como el caso de
la economía mexicana); empero, el punto nodal de la presencia y/o ausencia se
deriva de la insistente demanda, obedece a la organización colectiva de la
población. En la primera, los productores al organizarse alrededor de una
actividad productiva resuelven una parte importante de sus problemas ya que se
encargan de proveer una amplia gama de servicios que van desde acceso y manejo
de los recursos naturales, información, tecnología, acceso a mercados y
financiamiento, y que de manera individual difícilmente los recibirían (FAO
2017). Al respeto en México, existen por mencionar algunos, ciertas realidades
colectivas de nopal fruta y nopal verdura, que inciden en el mercado
internacional: Agrointegradora Poblana de Tuna y Nopal,
S.A. de C.V.; Grupo Agrícola de San Martin de las Pirámides; Productos Azteca;
Grupo Nopalero del Bajío, S.P.R. de L.R.; Naturama; Agrolatin; Cactáceas
del Altiplano; Nopalux; Productos Orgánicos Hacienda
San José; Empacadora Agrícola del Centro; Comercializadora México Fresco.
Segunda dualidad: cuando la actividad
primaria deja de ser la principal en el territorio (también conceptualizado
como proceso de desagrarización del campo), se asocia al precepto de
la lógica de acumulación capitalista: la competitividad, ya que al no contar
con la capacidad instalada, infraestructura, instrumentos de producción y
demanda laboral (por mencionar algunas condiciones), disminuye la capacidad del
ingreso agrícola (aunque siguen cosechando en baja escala más menos autoconsumo)
transitando a una diversificación de ocupación no agrícola/rural. En la mayoría
de las veces, se desahoga en la llamada economía informal; aunque si es
asalariado, permite enfrentar ciertas restricciones asociadas con la ausencia
de liquides financiera. En el otro extremo (bastante alejado a la realidad
mexicana), mayor control de los factores productivos, tecnología, instrumentos
de producción, especialización de oferta alimentaria (según necesidades del
consumidor), y vínculos con el mercado internacional, permite explicar a la
actividad primaria como la principal fuente de ingreso en el territorio. Hoy en
día, desde el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en ingles), y la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), se pugna por el empleo no
agrícola/rural como una nueva vía de desarrollo rural para relanzar la economía
de los países pobres, y como posibilidad de generar nuevos ingresos para sacar
a la población rural de la pobreza (Carton 2014). Se
han identificado en México programas con propósitos similares y escasos
resultados, en dos granes rubros: productividad y acceso a mercado; el primero
atendido por 16 programas de seis secretarias distintas, mientras que, para el
segundo, 13 en cinco secretarias disimiles (Robles 2018).
Tercera dualidad, a pesar de que han incrementado
desde la política pública la información
económica/agroalimentaria, aún existen vacíos, incompatibilidad, desfaces y
accesos restringidos, las cuales limitan tanto la correcta toma de decisiones
como la incertidumbre en los participantes en la cadena agroalimentaria. La
mayoría de las empresas agrícolas deberían allegarse información del
comportamiento de su sector y de las novedades que se ofrecen en beneficio de
su productividad. En nuestro país, el llamado Sistema Nacional de Información e
Integración de Mercados (SNIIM) reúne información (centrales de abasto es la
fuente) sobre precios nacionales (casi los siete días naturales) de algunos productos
agropecuarios; la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER, antes
SAGARPA), mediante el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera
(SIAP), brinda información de la oferta, demanda y precios (anuales); el Banco
de México (BM) elabora el índice nacional de precios al consumidor (anuales, y
depende de fuentes internacionales: FAO, PS&D, FAS, Reuters). Y finamente a
partir de los resultados del VIII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007, se
ha profundizado en contadas entidades el análisis del nopal verdura. Es de
mencionar que existen casi 1500 documentos científicos publicados en el mundo
(entre 1990 a 2015) con respecto a la temática de la Opuntia spp, aunque cerca del 70 por ciento fueron divulgados
durante los últimos diez años: México y Estados Unidos aportan 50 ciento de
toda la producción, pero recientemente comenzaron a destacar Túnez, Brasil,
Francia y Corea del Sur; lo que demuestra la relevancia y el dinamismo de la
investigación sobre el nopal durante los últimos años (Bravo y Méndez 2016).
Frente a tales dicotomías descritas, resta decir:
pese que el consumo en freso en nopal verdura y nopal fruta es el más socorrido
(tanto nopal y tuna), hoy en día existen aplicaciones innovadoras que se
podrían retomar y/o profundizar en la realidad mexicana, por ejemplo: forraje
para ganado vacuno y ovino (Brasil principal productor con 500 mil hectáreas
disponibles); colorantes utilizando la cochinilla y pulpa (Perú principal
productor con 10 mil hectáreas en su haber); en la industria de cosméticos ya
sea labiales con aceite de semilla y cochinilla para producir carmín; en la
industria alimentaria como colorantes naturales, pigmentos y aceite de semilla;
alimentos nutraceúticos, cladodio, pulpa de tuna y uso del mucilago; industria
farmacéutica al explotar las betalaínas, polifenoles,
mucílagos y otros compuestos bioactivos específicos; y en cicatrización de piel
al utilizar aceite de semilla (Sáenz 2006) (Bensadón et
al. 2010) (Bardaa et al. 2015).
Quizás
también atraer la experiencia de Italia, pues ha mostrado que el manejo
racional de los huertos se asocia con alta calidad y mayores ganancias que el
manejo limitado (Inglese et al. 2018). País que mantiene
la colección más amplia y antigua de material genético (cultivo especializado de
15 mil hectáreas de una sola especie y tres variedades), y el primer
forjador/experimental de la técnica de scozzolatura
(cosechar en el otoño), lo que le permite quizás dominar el mercado de Europa
(obtienen rendimientos de hasta 25 toneladas por hectárea, y cuenta con
excelentes redes de distribución); inclusive ha llegado a exportar a Estados
Unidos y Canadá, principales socios comerciales de México, la mayoría de las
veces con precios inferiores (FIRA 2011).
A manera de conclusión
La mutua relación de consumo versus disponibilidad de nopal y/o tuna sobre los Centros Comerciales Mayoristas, desdibuja cierto patrón dominante: ciudades densas de población que condicionan la demanda, y espacios regionales/agrícolas localizados de forma clara; aunque menos del 50 por ciento de los territorios productores, registran incidencia en los CCM. Más aún, se evidencia cierto segmento de consumo del nopal verdura, cuya lógica productiva está cada vez más disímil y ascendente, pero anclada sobre las tradiciones criterios de calidad. Mientras que, para el nopal fruta existe cierta demanda homogénea especializada nutrida por unos cuantos territorios, estacional pues desincentiva incrementar y/o diversificar la frontera.
El reflejo de las dualidades agrícolas/rurales de las
principales capacidades que mejor se ponderan sobre
los territorios con presencia de nopal y tuna (con y sin incidencia en los
mercados mayoristas), demuestran cierta destellos de complicidad en la
acción colectiva que encajan en su mayoría en la definición de políticas
públicas. Es decir, se confirma que tanto la acción pública
juega un papel importante en el apoyo directo de las capacidades como la
presión política para la intervención del territorio, ya que al trasladar el
enfoque de capacidades del individuo a los grupos o comunidades se demuestra
que las instituciones (concebidas como reglas formales e informales) al aplicar
el marco institucional en la relación sociedad, territorio y cadena
agroalimentaria, posibilitan, según los resultados obtenidos: cierto acceso a
crédito, allegar la información estadística al pequeño productor e incentivar
la competitividad agrícola. La visibilidad de tales
capacidades además evidencia, por una parte, los ejes dominantes que intentan
revertir la aún escasa penetración de mercado que hoy subyuga en mayor medida a
los territorios con presencia de producción de tuna y poco distante a los
espacios del nopal. Pero también justifican, el posible efector multiplicador
en el corto plazo, al profundizar la incidencia de las restantes capacidades en
busca de la trazabilidad agroalimentaria (por mencionar algunas, mercadeo,
mantenimiento de registros y procesamiento).
Quizás, los hallazgos obtenidos sumen a la
comprensión de que es posibilite focalizar las estrategias del sistema
producto, ya que en el hoy programa Producción para el Bienestar (2018-2024),
el nopal verdura y nopal fruta aún no tiene la relevancia necesaria; se estima
que 200 mil familias obtienen ingreso del cultivo. Aunque es de reconocer que
existen otras experiencias previas que han tratado el tema de las vinculaciones
entre cadena, territorio y capacidades, por mencionar algunas: Boucher, Rivero
y Roldán (2017); OCDE (2011); Rodríguez (2012); y Larroa
(2019).
Resta decir qué, México pese a ser el origen y dispersión de la planta,
ésta no es equiparable ni por la limitada diversidad comercial en la que
sobrevive ni mucho menos por los tradicionales criterios que aún definen la
calidad en el mercado: peso, altura y color (quizás agregar entre otros
criterios: frescura, turgencia, forma de raqueta, contenido de mucilagos y/o
acidez). Se induce, por los resultados obtenidos, que en el nopal fruta se
posibilitan dos variedades vinculadas al territorio: tuna blanca Alfajayucan
(origen en Hidalgo) y en menor medida cristalina Zacatecas. Mientras que en
nopal verdura al menos tres variedades: Milpa Alta (Ciudad de México), seguido
por Atlixco (Puebla) y muy lejano por Copena
V1; de tales variedades se ha demostrado que las únicas diferencias entre ellas
se deben a la apariencia (luminosidad) y textura (masticabilidad y cobertura
del paladar) (Pérez, et al. 2006).
Es necesario el pronto reconocimiento de la riqueza
genética ya documentada por la ciencia del país (Gallegos, Cervantes y
Barrientos.2005), a la par de desarrollar habilidades en la investigación en
áreas de biología floral, genética, polinización, técnicas de reproducción y frigoconservación; todo ello inmerso en la incipiente
contabilidad institucional (existe una sola patente internacional de origen
mexicana, pese al crecimiento marginal de comercialización en los últimos 20
años), y vinculada tanto con la aplicación de los vigentes instrumentos
normativos (y quizás ampliar la base jurídica), así como el impulso de variados
mecanismos financieros que permitan poner orden y/o regular la trazabilidad de
la cadena agroalimentaria.
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